Quatre

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Alastor vio el momento justo cuando Charlie se había plantado frente a la puerta del arácnido, realmente no tenía gran interés en aquel ser, pero siempre que pasaba a su lado su olor le atraía como un dulce fugaz recuerdo.

Sacudió la cabeza tratándose de quitar esa idea, pero aun así había algo dentro de él que le decía que no era la primera vez que lo conocía, siguió viendo la interacción de aquellos dos, el sobre que le paso Charlie al arácnido le intrigaba, se suponía que Angel no debía tomar ningún tipo de droga y los medicamentos para suprimir celos no eran un secreto como para hacerlo de ese modo, también vio como el albino cambiaba sus facciones de ternura hacia la chica a atrevidas como usualmente se le veía, escucho como cambiaba su tono de voz tan drásticamente como queriendo afectar a la chica.

–"Interesante"- pensó mientras se tocaba el mentón con sus dedos –"Realmente interesante ¿Qué estará pasando entre ellos dos?"- siguió sus pensamientos. Volvió por el camino de donde había llegado para evitar ser visto por aquellos dos seres, llego al mini bar del hotel, como si nada hubiera pasado, espero a Charlie para comenzar su trabajo y ver cómo empezar a divertirse en aquel ridículo sitio.

La princesa le platico todos sus planes y Alastor solo podía pensar que eran ridículos, si tan solo fuera un hotel normal todo lo que estaba proponiendo la chica lo llevaría a la ruina, y ahora que era un hotel para rehabilitación seria aun peor, no cabía duda de que era una niña mimada y soñadora, le faltaba más por ver del mundo, era el infierno, un lugar donde había desde asesinos hasta leyendas místicas del ocultismo nacidos para estar en el infierno, como el príncipe Stolas, que para vergüenza de él alguna vez cuando estaba vivo admiro y adoro, hizo una mueca mental por lo infantil que alguna vez llego ser, después se vino nuevamente a su mente aquel ser albino.

-Alastor ¿Me estas escuchando? - escucho la pregunta de la princesa que lo trajo de vuelta a la realidad.

-Claro que sí, solo estaba pensando en todo lo que me dijiste y lo mejor sería que lo platiquemos todos juntos, para poder tener un mejor plan de trabajo ¿Qué te parece? – agrando su sonrisa para disimular que realmente tenía varios minutos en las nubes.

Vio como la chica torcía su boca –Me parece que no te gustaron mis ideas- dijo.

El demonio rojo sonrió un poco más amplio –Princesa pon una sonrisa en ese rostro de manzana, no es que no me haya gustado tus ideas, solo que se me hacen un poco muy dulces, como para poder hacer que alguien haga algo parecido-

- ¿Qué es lo que no te gusto? -

-Hacer manualidades con comida, con la comida no se juega- dijo por ultimo Alastor para luego retirarse a la que sería su habitación durante su estancia en el hotel.

Al entrar a su cuarto se dio cuenta que tenía una "bonita" vista de ese círculo del pentagrama aparte de que se había percatado que estaba a solo estaba a una habitación del arácnido, su cuarto tenía un balcón y lo básico de una habitación, le había dicho la princesa que podía modificarla a su gusto, entonces chasqueo los dedos para que segundos después se tornara obscura y cambiara completamente de color, los muebles eran de los años 20's y 30's, no tenía muchas cosas, prefería las decoraciones minimalistas y elegantes.

Se sentó en su cama, y pensó, pensó que realmente sentía que conocía el olor de Angel pero realmente no recordaba muy bien de donde y él estaba cien por ciento seguro que era la primera vez que lo veía, ya que el jamás se acercaría por voluntad propia a un ser tan lujurioso y sucio tacado por todos.

Pero aun así su olor tenía algo limpio y hermoso.

Llego la noche y con eso la hora de cenar, bajo sin realmente desearlo le encantaba divertirse, pero no había mucha gente con quien hacerlo realmente, a primera vista llego a odiar a la mascota de la rubia, la rubia era tan ingenua, inocente y pura (todo eso a medida de lo que se podía ser en el infierno, claro está) que era aburrido, Nifty era como su hija/mascota/ayudante de masacre número dos, Husk ayudante de masacres número uno era su único amigo con el cual podía bromear y divertirse y nuevamente ahí estaba en su mente la imagen de Angel a él no lo tenía en ningún nivel, solo era una gran intriga para él.

SugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora