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Era el último día de clases para nosotros, y eso quiero decir que el curso que estábamos tomando para los del primer ingreso, llegaba a su fin.

Llegaste tarde ese día, y eso no es lo que recuerdo en específico, sino que ese día con una profesora haríamos un intercambio de chocolates como regalo, para romper el hielo entre todo el grupo. Tu imagen detrás de la puerta, es la que pude visualizar, tu sonrisa nerviosa es lo que recuerdo.

Tiempo después me confesaste que si no hubieras llegado tarde ese día, posiblemente ese chocolate hubiera sido mío.

Pero ahora teniéndote a mi lado, es mucho mejor que ese simple chocolate.

Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora