Capítulo 12

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-No, soy Emma ¿Quién eres?- Pregunté confundida

-Ohh, que tal Emma, soy Tyler ¿Te acuerdas de mí?- Contestó una voz aspera

-Claro ¿Cómo estás?- Pregunté intentando ser amable, luego de haber sido algo borde

-Bien, muy bien. Quería invitarlas a una fiesta de última hora en una de las fraternidades cerca del campus

Mi amiga, al escuchar de qué se trataba, rápidamente se puso de pie acercándose para escuchar mejor. Me miraba asintiendo con la cabeza eufóricamente. Dios, ni que no hubiera salido hace meses...

Por un momento pensé que sería mucho salir hoy, y el sábado nuevamente, ya que nos habían invitado también a un bar o algo así cerca de la costa. Pero al instante borré esa idea de abuela de mi mente, claro que no es mucho.

-Vale, pásame la dirección, iremos caminando.- Le dije y luego corté

-¡Que divertido!- Chilló Lía- Tengo que ver que me voy a poner- Me dijo corriendo a su armario.

Ya era poco más de las nueve de la noche, así que decidí pedir algo de comida. Busqué en los folletos que nos habían entregado cuando llegamos, y marqué a una sandwichería cerca de la universidad.

-¿Lía de que quieres la pizza?- Me apresuré a preguntarle antes de que me respondan el teléfono

-Quiero la que viene con palmitos- Hice una mueca ante su elección. Ni siquiera había probado ese tipo de pizza, pero de solo verlo me causaba rechazo. Yo era más de lo clásico.

Cuando me atendieron pedí media pizza de palmito y media de jamón y queso.

Me dispuse a revisar mi armario para ver que iba a usar. No tenía ganas de ponerme un vestido, ni mucho menos de ir muy arreglada. Opté por algo más casual. Saqué uno de mis jeans rotos y un top básico de tirantes color blanco. Me puse unos tenis blanco y recogí mi cabello en un moño. No tenía ganas de plancharme los rizos ni de arreglarme demasiado. Me dirigí al ante baño para maquillarme un poco mientras Lía se debatía entre dos de sus tenis. Se había puesto uno de sus shorts claros con una blusa negra con varios detalles, que se lucían perfectamente gracias a que su cabello colgaba de una alta coleta.

Me decidí por un poco de rímel, delineador y una sombra plateada. Y a diferencia de otras veces, elegí un color oscuro para los labios, un bonito y profundo bordó. Pero los golpes en la puerta me hicieron recordar que todavía debíamos cenar.

Lía le recibió la pizza al repartidor, y luego de pagarle, nos acomodamos en el suelo de madera, entre medio de las dos camas. Agradecí el hecho de que hayamos llenado el mini bar de agua y otras cosas, ya que no habíamos encargado nada de beber.

-Oye, creo que me gusta Tyler- Habló Lía

-Pues creo que es mutuo ya que no ha dejado de enviarte mensajes desde que te conoció- Le dije como si fuera obvio.

-Puede que lo invite a almorzar o algo.- Me dijo mientras comía su porción de pizza.

-Hazlo. O pídele que te muestre el campus- Le recomendé. Tyler parecía un lindo chico.

Una vez satisfechas, nos terminamos de arreglar. Me lavé los dientes para poder por fin pintarme los labios, aunque a último momento me decidí por un simple cacao.

Lía se decidió por unas tenis rojas, que hacían juego con su camisa.

-¿Estas lista? Llegaremos para los aplausos- Le dije repitiendo uno de los tantos dichos de mi abuela.

Cerramos con llave y bajamos al campus. No tenía ni idea de donde quedaba la fraternidad, solo deseaba que no estuviera lejos ya que iríamos y volveríamos a pie. Seguimos las instrucciones del celular de Lía, el cual nos dirigía a la dirección que nos había mandado Tyler.

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora