Estoy atado a ti

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Eterno...

Capítulo 13: Estoy atado a ti

—¡Angelo! —Molly abrió la puerta de su habitación y sonrió—. ¡Oye! ¡Perdón por hacerte esperar! —Se apresuró a entrar y cerró la puerta—. ¡Mamá acaba de llegar!

—¡Bueno! —Angel sonrió y se levantó para abrazar a su hermana—. ¡Mírate! ¡Ese vestido es tan bonito! ¡Siempre logras verte un poco mejor que yo! —Se rieron juntos. Ella llevaba un lindo y abombado vestido rosa claro, su cabello estaba trenzado con pequeñas rosas atadas a través de cada hendidura de la trenza. Muchos rizos rebotando allí y allá a través de la trenza.

—No creo que eso sea posible hoy. Vamos, vamos a vestirte —Molly lo sentó nuevamente en el tocador, comenzando a cepillarlo y peinarlo.

Habían pasado dos años y medio desde ese día. Desde el día en que Angel casi muere, el día en que le habían devuelto el alma. Desde el día en que rechazó su redención. Angel aún recordaba la expresión en los rostros de los tres arcángeles cuando se volvió hacia ellos con una expresión de enojo y les dijo: "¿Cómo se supone que pueda casarme con mi novio si me voy? Joder, no." Angel no pudo evitar reírse ante el recuerdo.

Resultó que esa había sido la elección correcta. Angel y Charlie habían comenzado negociaciones con el cielo para dar tiempo de visita a los clientes que realmente buscaban la redención. Ahora Molly y la madre de Angel tenían su propia habitación para cuando visitaran a Angel. Al principio, al cielo realmente no le gustó el programa, pero después de que tuvieron su primer éxito, ellos obtuvieron la aprobación completa.

Angel había estado ahí para la primera visita. Era un hombre que había sido separado de su esposa e hija. Una vez que vio sus caras, se volvió hacia Angel y le suplicó que lo ayudará a encontrar la redención. Fue difícil, pero el hombre luchó muy duro. Angel y Charlie no paraban de recordarle quienes lo estaban esperando. Hace seis meses, aquel hombre había cruzado al cielo.

Desde entonces había habido dos más, y tenían una larga lista en espera de aprobación. El hotel todavía tenía habitaciones vacías, pero todo estaba mucho más ocupado que antes. Siempre habría muchos pecadores sin cuidado en el mundo. El hotel era un lugar para aquellos que todavía tenían algo por lo que valía la pena luchar. Para aquellos que necesitaban una segunda oportunidad que la vida nunca les dio.

Todo el asunto había sido raro. Pasar de sentirse tan poca cosa y sin valor a convertirse en alguien de gran importancia. Y pensaba que no tenía privacidad ni tiempo libre antes. Al menos ahora, Angel estaba haciendo lo que quería cuando quería con los que amaba. Sin clubes, sin clientes, sin estudio. Oficialmente era una ex estrella porno. Sin embargo, los carteles podían quedarse. Por siempre, dejándolos con ganas de más.

No había Vox ahora, ni Valentino. Alastor había reclamado todo el territorio libre después del exterminio y se lo entregó directamente a Cherri. Cherri se hizo cargo del mundo del entretenimiento por default, y Alastor, por supuesto, tenía algunas solicitudes. Una de ellas fue que ella trajera de regreso algunos de esos viejos programas de juegos. Angel le había cubierto la cara de besos a Alastor cuando se enteró que lo había pedido sólo por él. Después de eso, pasaron la mayor parte de sus noches acurrucados, con Angel tratando de gritar respuestas a la pantalla.

Una vez que las cosas afuera del hotel se arreglaron, las cosas adentro se volvieron más y más demandantes. Angel y Alastor tuvieron dificultades para verse. Entre las reuniones con el cielo, sus turnos regulares en el hotel, la expansión del jardín y la cocina, sólo había una lista interminable de cosas por hacer. Pero siempre encontraron tiempo para dormir juntos. Sus noches estaban llenas de manos escurridizas, sonrisas y risas compartidas, y, ocasionalmente, besos o bromas. La anterior navidad, Alastor pudo renovar la propuesta de matrimonio y regalarle un nuevo anillo a Angel. Esta vez con la madre y la hermana de Angel presentes.

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