Atado a ti

Dulce amor

Sólo un poco...

Capítulo 9: Dulce amor

Angel había pasado su audición. No era la estrella estelar, pero pasó y estaría trabajando en ese club. Su swing era bueno. Su baile tap aún necesitaba un poco de trabajo. Su tango, sin embargo, lo habían recibido con gusto. Tan pronto como Angel había salió del club después de su audición final, Alastor lo envolvió en sus brazos. Angel todavía se estaba acostumbrando a ese tipo de afecto de Alastor. Es posible que hayan estado saliendo oficialmente durante dos semanas, pero todavía se sentía extraño.

Todo parecía que iba demasiado bien. Le había contado a Valentino lo básico de su progreso. Alastor siendo más cariñoso. Que pasaban casi todo el tiempo libre de Angel juntos. Val parecía satisfecho. Angel tenía un poco más de siete meses para resolver todo esto. Tenía que encontrar una manera de mantener a Valentino informado, sin darle alguna información real.

Angel sabía que si le contaba a Alastor, el demonio de la radio probablemente podría encontrar una salida a todo ese desastre, pero eso significaba que tendría que decirle a Alastor que toda su relación hasta ahora había sido una mentira. No, Angel sabía que tenía que resolverlo él mismo. Alastor creía que Angel era fuerte. Angel estaba empezando a creer que había algo más para ellos. Quería demostrar que era digno de estar junto a Alastor.

Angel había decidido disfrutar el día celebrando junto a Alastor. Ambos habían sido excusados de los deberes del hotel durante ese día por Charlie. Angel unió sus brazos izquierdos con el brazo derecho de Alastor mientras caminaban por las calles de la ciudad. Alastor quería sacar a Angel a bailar por diversión al menos una vez antes de que se convirtiera en su trabajo.

—¿Vendrás a verme una vez que comience a actuar en el escenario con ellos? —Angel se rió y se apoyó en el agarre del otro.

—Por supuesto, mi amor —la sonrisa del demonio de la radio sólo hizo que Angel quisiera inclinarse y darle un beso. Entonces lo hizo. Sólo uno pequeño en la esquina de la boca. Angel se detuvo bruscamente cuando Alastor dejó de caminar.

—L-lo siento, ¿fue demasiado? Sé que no te gusta cuando otros te tocan... —Angel había comenzado a entrar en pánico. No había tratado de invadir el espacio de Alastor en mucho tiempo.

—Esa fue la primera vez que realmente trataste de besarme —el rubor comenzó a florecer en ambas caras. Alastor intentó desaparecerlo mientras se aclaraba la garganta—. Fue agradable.

Angel podría haber muerto en ese momento y haber sido feliz. —Hey, espera, entonces —él sonrió y trató de alcanzar la cara de Alastor.

—No presiones, cariño —Alastor le dirigió una mirada juguetona de advertencia antes de permitir que el otro tomara su rostro. Un dramático beso fue plantado en su mejilla. Alastor tomó la mano de Angel y ambos rieron mientras continuaban paseando por la calle. El día era cálido y templado. Todavía había explosiones y gritos a la distancia, pero por el infierno, era un día encantador.

Al acercarse al club de swing que Alastor había encontrado, sonó el teléfono de Angel. Bajó la mirada y le dirigió una sonrisa de disculpa. Alastor suspiró pero asintió a sabiendas.

—Conseguiré una mesa y bebidas —el ciervo levantó una mano cuando Angel abrió la boca para hablar—. Trabajo es trabajo, y sé lo que te gusta —Angel vio a Alastor bajar las escaleras y le dolió el corazón.

—Joder, Val, este no es realmente un buen...

—¿Te diviertes, Angel Dust? —Angel fue interrumpido por una voz que ciertamente no era la de Valentino. Echó un vistazo a su teléfono. Era el número de Val.