Whisky de fuego

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—Deja de mirarme así, Jamie. —una Lily sonrojada le tiró una araña de juguete para la de decoración.

—Es que no puedo creer que dentro de 2 semanas ya seas mi esposa. —le sonrió con ternura —. Es como si estuviera viviendo un sueño. Un sueño del que no quiero despertar jamás.

—Será para toda la vida, mi amor. —posó su mano en la mejilla —. Seremos tú y yo por muchos años.

—Luego vendrá una mini Lily o un mini James.

—¿Quieren practicar? —suspiró Sirius cansado, entregándole su hija a la pelirroja —. Tengan a Halley 1 solo día y se les quitan las ganas.

—Black, no puedes simplemente entregar a tu hija así.

—Claro que sí, su padre necesita dormir para estar en la fiesta.

—Sirius...

—Llevo 2 noches seguidas sin dormir derecho y créeme no quieres estar en esta posición, Evans.

—Creo que el pequeño cometa sacó también tu apetito. —se rió James, recordando su amigo gruñir todas las madrugadas para darle de comer a su hija.

—Sirius pasabas hasta 1 semana sin dormir por estar de fiesta y ahora...

—Ahora no es una chica que me mantiene despierto. —sonrió con malicia.

—Halley es una chica. —rodó los ojos Lily.

—Sí, pero no es esa clase de chica. —bufó —. Además el alcohol ayudaba.

—Pequeña Halley, no sabes cuánto cambiaste a tu padre. —le sonrió con ternura.

—Comienza a sacarme factura. —Sirius tomó su cabeza —. Esa niña da más jaqueca que una buena botella de whisky de fuego.

—Será mejor que te compongas porque ya comenzarán a llegar los invitados. —declaró James, sirviéndole ponche a su amigo.

—¿Eres niña? —inquirió, mirándolo mal —. Dame un vaso doble, James.

—No te vas a emborrachar, Sirius. —advirtió Remus, observando como su amigo vaciaba el vaso de cristal de un solo trago.

❅ ❅ ❅

La casa poco a poco comenzaba a llenarse, no habían invitado demasiadas personas, pero se podía interpretar que una gran fiesta apenas comenzaba. Algunos miembros de la orden, conocidos y amigos muy cercanos de Hogwarts eran suficientes para celebrar una buena velada de Halloween y el quinto mes de vida de la pequeña Halley Black que no entendía absolutamente nada de lo que sucedida en aquel lugar.

—Creí que Molly y Arthur vendrían. —gritó James entre la música y el murmullo de los invitados.

—James, esa mujer me odia. —rodó los ojos —. Yo jamás le he hecho nada.

—Ser tú es suficiente. —se carcajeó, antes de beber un sorbo de su ponche.

—Tú te quejas de Halley y ella tiene 5 hijos. —declaró Remus.

—Siempre creí que esa chica no tendría nada de santurrona. —rió —. Ahora gemelos.

—¿Nos hablaban? —Fabian y Gideon Prewett aparecieron al tiempo.

—Sigo sin entender cómo es que siempre aparecen así. —Remus se sobresaltó.

—Créenos.

—Es un don.

—De gemelos. —finalizaron al unísono con una sonrisa divertida.

—Creímos escuchar 5 hijos. —comenzó Fabian —. No estaban hablando de nuestra hermanita, ¿o sí?

Serendipia | Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora