Verano de 1978

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Serendipia.

"Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual o por destino, o cuando se está buscando una cosa distinta."

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3 jóvenes, 1 casa sola. Complicado, ¿no creen? Quizás deban verlo ustedes mismos, porque creo que es bastante complicado explicar la situación de James Potter, Sirius Black y Remus Lupin viviendo bajo el mismo techo, no es algo que no hubiera pasado ya, claro está; Sin embargo, ya habían abandonado Hogwarts, y con esto comenzar la maravillosa vida de la adultez... claro, si no estuviéramos hablando de nuestros chicos pues, según parece, jamás madurarán.

—Sirius debería ayudarme a limpiar. —rezongó el chico de cabello castaño y ojos miel, observando a su amigo que leía el periódico cómodamente en el sofá —Y baja tus malditos zapatos de la mesa de centro.

—Rem, deberías de relajarte, comienzas a sonar como una madre. —respondió sin quitar la vista de El Profeta.

—Prácticamente soy sus madres y esto no debería ser así. —bufó, tomando las latas de cerveza tiradas en el suelo y llevarlas a la gran bolsa negra que reposaba en la pared de la sala —. Nada de eso hubiera ocurrido si ustedes fueran más ordenados y limpios. —suspiró —. Al menos James está lavando los platos.

—Jamás escuché que te quejaras de nosotros de esa forma en Hogwarts, Lupin. —manifestó James desde la cocina.

—Yo no tenía que limpiar. —levantó lo hombros a modo de defensa —. Habían suficientes elfos domésticos para limpiar nuestro desastre todos los días.

—En eso tiene razón. —asintió James.

—¿Qué demonios te sucede? ¿Qué acabas de hacer con mi amigo, Lupin?

—Sirius hace dos semanas que no limpiamos, ya no se podía caminar por la casa. —respondió James dejando el delantal colgado —. ¿Qué crees que hubiera dicho mi pelirroja si se le ocurría venir?

—Tonterías de mujeres. —bufó.

—¿Dice algo importante? —Remus señaló el periódico.

—Nada fuera de lo común. La verdad todo está muy tranquilo y eso comienza a preocuparme.

—No debemos bajar la guardia. —negó Remus.

—Oye, Sirius, ¿no hay una carta de mi pelirroja?

—No lo sé, no estoy atento a tus cursilerías con Evans, Potter. Solo tomé el periódico.

—Las cursilerías se le acabarán si se llega a enterar de la fiestecitas a las que acompañas a Sirius. —rió Remus.

—Lily jamás se podrá enterar de eso. —negó rotundamente.

—Remus, debiste acompañarnos anoche, estuvo excelente. —rió el pelinegro —. Habían unas nenas espectaculares.

—Sí, no sabía que el mundo muggle tuvieran tan buenos gustos.

—Esa discoteca era de las mejores, James. —respondió Sirius con una sonrisa —. Sabes, el próximo fin de semana deberíamos de ir a esos lugares donde la gente millonaria va a jugar un montón de cosas extrañas.

—No van a ir a un casino, Sirius. —bufó Remus —. Son lugares de perdición. Además, a Lily no le gustaría saber que frecuentas ese tipo de lugar, ya deberías de dejar de irte de parranda con Sirius.

—Ay, vamos Remus. Deja de ser tan amargado. —soltó Sirius, prendiendo un cigarrillo —. Es más, nos vas a acompañar.

—Tú ni siquiera sabes jugar cartas, Sirius.

—Aprendo rápido. —rió.

—Rem, amigo, deberías dejar de preocuparte un poco. —James rodeó los hombros de su amigo con su fornido brazo —. Recuerda que es mi despedida de soltero.

—James, las despedidas de solteros solo son 1 día. —resopló —. Ya llevas semanas de despedida de soltero.

—Bueno, bueno, 1 día o 3 semanas, ¿cuál es la diferencia, Lunático? —Sirius soltó su risa de perro, mientras dejaba la colilla de su cigarrillo en el cenicero de cristal que reposaba en la mesa junto a un bulto de cartas sin revisar —. Además, debemos disfrutar de estos días antes de que El Profeta anuncie nuevos ataques y desapariciones.

—¿Sabes algo de la Orden? —preguntó James.

—Siguen haciendo guardia y Dumbledore trata de reclutar más criaturas que estén dispuestas a luchar —respondió el chico Black —Todo está tan excesivamente en calma que me aterra.

—Eso es lo que les digo. —reprendió Remus —. Deberían tener más cuidado.

—Sirius te llegó una carta. —interrumpió James al revisar las cartas que habían dejado las lechuzas desde hace varios días.

—¿De quién es? —frunció el ceño, recibiendo el papel blanco —. Jamás recibo nada.

—Pues mira. —instó James.

—Eres un chismoso. —rió Canuto, abriendo el sobre.

—¿Conoces esa dirección? —inquirió James extrañado, pasándole el sobre a Remus.

—Es una dirección del mundo muggle. —respondió, mirando a Sirius.

—¿Qué?

—¿Qué hiciste ahora, Black? —lo reprendió.

—Nada que yo recuerde. —se carcajeó, antes de comenzar a leer mentalmente la carta.

—¿Y bien? ¿Qué dice?

—No lo sé, no entiendo nada. —se frunció —. Al parecer es una citación a un lugar extraño.

—¿Qué clase de lugar? —preguntó James comenzando a preocuparse.

—Ni idea, dice orfanato.

—¿Eso es grave? —inquirió James mirando la cara pálida de Remus.

—¿Qué es un orfanato, lunático?

—Es un lugar donde dejan a los niños que no tienen padres.

—¿Y yo que tengo que ver con eso? —preguntó Sirius extrañado.

—No lo sé, tendrás que ir a averiguar, Black. —respondió Remus.

—¿Cuándo tenemos que ir, canuto?

—James, no voy a ir a ese lugar. —respondió, rompiendo la carta.

—Si te mandaron esa carta es por algo. No creo que existan muchos Sirius Black en el mundo.

—Decía que la cita es para mañana a medio día.

—Bien, mañana iremos a averiguar lo que sucede. —finalizó Remus de forma autoritaria, dirigiéndose a botar la basura.

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Heey

Lo prometido es deuda, aquí está por fin el primer capítulo.

¡Espero que les guste! 💚


Serendipia | Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora