Jengibre

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—He estado tratando de buscar el regalo perfecto. —bufó James, soltando la revista.

—Aquí viene la escoba a chocar con tu boca si no la abres. —Sirius jugaba con la cuchara llena de papilla de calabaza, tratando en vano que su hija la comiera.

—No le gusta la calabaza. —negó Remus sin dejar de leer su libro.

—¿Qué le regalarías a tu esposa en su primer mes de casados, Remus?

—No lo sé, quizás un gato que le arranque la cola de un mordisco.

—¿La cola? —inquirió, frunciendo el ceño —. ¿De qué estás hablando?

—Olvídalo. —Remus se levantó del sillón y se dirigió a Sirius antes de subir a su habitación a recoger sus cosas —. Su favorita es la de ciruela y la de brócoli.

—¿Qué le sucede? —preguntó Peter, mirando a sus amigos.

—Esta noche es la primera del ciclo. —suspiró Sirius, que aún no hacía las paces con su amigo.

—¿Está tomando sus pociones? —preguntó de nuevo el chico, mirando con desagrado a la niña adoptada de Sirius que comenzaba a llorar desconsoladamente.

—Shh, cariño, no llores. —Sirius mecía a su hija. La conexión que sentía la pequeña Halley con el chico licántropo era indiscutiblemente adorable, solo bastaba una mirada para que la chica sonriera y se sintiera a salvo. James en más de un ocasión se burlaba de sus amigos y decía que la niña de cabello pelirrojo pensaba que Remus era como su verdadera madre y Sirius era el padre descuidado y torpe, en poca palabras era Sirius. No era extraño que cada luna llena Remus se encerrara en el garaje o volviera a la casa de los gritos de vez en cuando, sin embargo, la pequeña Black no entendía este acontecimiento y provocaba que se sintiera intranquila, como si faltara algo en su vida.

—Aun no entiendo por qué adoptaste a esa niña, Sirius. —Peter cubría sus oídos con fuerza.

—Cállate, Peter. —gruñó Sirius, sacando a su hija de casa, sabía que un poco de naturaleza y aire fresco la calmaría de inmediato.

—¿Por qué está tan molesto? —inquirió Peter sin comprender absolutamente nada de lo que sucedía.

—Lleva así desde que se peleó con Lunático. —explicó James.

—¿Por qué pelearon?

—No lo sé, Colagusano. —negó preocupado —. Pero yo ya debo irme.

—¿Tan rápido?

—Lily fue a visitar a su madre, pronto llegará a casa y quiero sorprenderla con un regalo. —respondió, poniéndose su chaqueta —. Trata de que no se maten por mí.

❅ ❅ ❅

—¿Cariño? ¿Estás en casa? —inquirió James, entrando a su pequeña casa de dos pisos en el Valle de Godric con una canasta blanca.

La señora Potter atravesó la sala y besó a su marido con entusiasmo.

—Mis padres te mandan saludos. —sonrió, antes de besarlo de nuevo.

—Te traje una sorpresa. —James se rascó la cabeza con nerviosismo —. De verdad espero que no seas alérgica o algo así, porque de verdad que...

—¡Jamie! —exclamó con una amplia sonrisa, mientras sacaba a un gato color jengibre de la canasta —¡Es realmente hermoso!

—Es el más extraño de la tienda, tiene aspecto de león. —rió James, acariciándole la cabeza al gato.

—Mira sus ojos anaranjados. —rió al sentir su lengua carrasposa en sus dedos.

—Creo que entre persa e himalayo. —manifestó, deductivo —. La señora de la tienda de mascotas no me supo dar razón.

—Sea lo que sea es un hermoso animalito. —sonrió Lily Potter.

—Combina con tu color de cabello. —James rió, besando tiernamente la frente de su chica.

—Le pondré Jengibre.

—Es un lindo nombre. —asintió —. Feliz primer mes de casados, Lilyflor.

—Te amo, Jamie.

❅ ❅ ❅

—Sirius, llegó algo para ti. —gritó Peter, tomando la carta del pico de la lechuza.

—¡Cállate, idiota! Me demoré horas en hacer dormir a mi hija. —Sirius miró mal al chico, mientras le quitaba la carta a su amigo y le daba una galleta al ave que seguía en la ventana —. No está firmada y tampoco reconozco a la lechuza.

Aún no sé si debería enviarte cada una de las cartas que escribo de ti a diario, pero he tomado la decisión de plasmar en cada pergamino viejo todo aquello que siento y me confunde.

Sé que te estarás preguntando quién soy, pero creo que es mejor que no lo sepas, aún no. Es mejor que siga siendo un secreto entre la tinta, tú y yo.

Debo confesar que tengo conversaciones con la luna y las estrellas cada noche, ella me cuenta del sol y yo le cuento sobre ti, le confieso lo que siento y lo que pienso sobre ti.

Mi amistad con la noche es complicada, no suelo dormir bien, pero no la puedo culpar como tampoco te puedo culpar a ti por no dejar de aparecerte en mis sueños y pensamientos. Es extraño admitirlo, pero cada que mengua la luna se convierte en mi fiel compañera, sé que jamás me abandonará y es por eso que me tomo el atrevimiento de hablarle mucho sobre ti.

No sé qué es lo que es lo que escribo, el significado de todo esto, pero creo que en ciertas ocasiones no debes buscarle un sentido a las cosas y esta es esa ocasión. Me permitiré sentir sin importar si está bien o está mal, sin pensar en tus amigos, en los míos o en la sociedad.

Soy el lado opuesto a ti, no soy lo que piensas o lo que quizás quieres creer, pero debes saber que mis sentimientos siempre acompañarán tu nombre.

Alguien confundidamente tuyo.

❅ ❅ ❅

Heey

Sirius bebito tiene un admirador anónimo, je 🌚

Espero que se encuentren muy bien, recuerden darle a la estrellita y decirme qué les pareció este nuevo capítulo.

Besoss

-L

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2020 ⏰

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Serendipia | Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora