capitulo #17

551 72 15
                                    

Juugo tubo que dejar a Karin sola en cuanto se dió el primer indicio del cuerpo del ninja de kiri, ya había permanecido más tiempo de lo permitido dentro de su apretada agenda de cosas por hacer en el día, sin duda tendría que dormir tarde hoy. Dejó la habitación dejando a una Karin más calmada y ahora muy urgente de que aquel hombre apenas materializado se recuperara del todo -o al menos que su cuerpo fuera sólido de nuevo.

"Maldición!!!! Este imbécil me hizo pasar un mal momento...por un momento creí que realmente lo había matado...ahora solo quiero que despierte. Tal vez nunca fuimos los mejores amigos ni nada por el estilo pero como quiera que sea no quiero matarlo. Casi muero del susto cuando desapareció entre el agua...apestoso tiburón...siempre dandome dolores de cabeza!!!"

Karin se encontraba aun en el suelo mojado, totalmente empapada, vigilando de cerca cómo el agua iba tomando poco a poco la forma humana del chico. Por un momento no pudo evitar pensar "ni siquiera parece humano" ya que nunca había podido asimilar del todo esa habilidad que él tenía sin necesidad de usar ningún jutsu. Otra vez tenía esa molesta sensación de sentir que algo debía aclararse con aquel chico, esa sensación de tener mucho pendiente qué decir.

"Casi lo mato hoy...definitivamente tengo demasiado qué aclarar con él. Ya no hay manera de ocultarmelo a mi misma...este sentimiento de culpabilidad no me deja dormir bien por las noches desde hace varios meses, al principio no lo entendía porque ya le había dado disculpas a todas las personas a las que les debía una, pero ya no doy más...este imbécil y Lord Orochimaru van a terminar por volverme loca...tengo que aclara demasiadas cosas con ambos y de entre los dos, prefiero comenzar con el dientes de sierra. Aún no sé muy bien cómo aclararme con mi mentor" Pensaba la peliroja profundamente en medio de ese escenario destrozado, desordenado y silencioso. Cualquiera que viera a la chica de lejos podría sentir hasta pena por ella.

Miró cómo Suigetsu ya estaba totalmente materializado cerca suyo. Estaba tan cansada mentalmente que solo podía divagar. 

El peliblanco estaba pálido, su cuerpo apenas se movía con una respiración lenta y nada profunda, ya no era parte del charco en el suelo así que se encontraba mojado en posición fetal, cualquiera que lo mirara así jamás pensaría que era un guerrero tan despiadado y un hombre tan agrio en su actuar, parecía un niño. Si. Siempre había tenido cara de niño bueno lo que pasa es que su carácter y sus gestos lo hacían lucir más áspero. Los años le habían quitado la inocencia de sus facciones y le habían dado un toque rudo pero no impedía que dormido aún pareciese lo más angelical del mundo, y ni ella podía negar ese hecho. Siempre recordaría la primera vez que lo vió... Buscaba cerca de aquel chico "dulce" a alguien más que fuera el dueño de aquel desagradable chakra maníaco, inestable y sádico, no concordaba su físico con su interior, pero a lo largo del tiempo se acostumbró tanto a sus gestos sarcástico y llenos de humor negro que simplemente su cara se volvió algo invisible. 

"Su chakra ahora concuerdo un poco más con su aspecto...si no fuera por cada vez que habre la boca" pensó, pero se retracto un poco de eso también. Habían muchas cosas diferentes en ese Suigetsu post-guerra.

En ese momento el chico suspiró mientras abría los ojos lentamente. Karin se acercó más a él para ver la condición en la que había despertado pues temía un daño neurológico grave.

S: me voy -dijo mientras se trataba de incorporar sin éxito. Karin se sorprendió

K: Te... vas?...a dónde? -preguntó viendo cómo el chico se tambaleaba intentando levantarse

S: Esto es humillante pero podrías dejar de mirarme y ayudarme? -dijo con brusquedad 

K: Al menos podrías decir por favor -dijo molesta por el tono que usó el chico anteriormente

La excusa perfecta «SUIKARIN»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora