Capitulo 6

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—Yo…—Dije pero volví a sentir que me ahogaba, me puse las manos en el pecho y baje la mirada.

—    ¿Estás bien? —Pregunto tocándome la espalda, que me deje de tocar pensé, porque así menos me llega el aire a los pulmones. — ¿Eres asmática o algo así?

Negué con la cabeza, ¿asmática?, no, jamás me había faltado el aire como en estos días —Creo que necesito bajarme del auto bus—Dije levantándome de mi lugar, salí como pude del asiento caminando hacia delante, los pies me comenzaron a temblar y la viste se me nublaba todo comenzó a ponerse más lento de lo normal, escuchaba las risas de todos en el auto bus como si se estuvieran alejando poco a poco, después de quedarme de pie mi cuerpo cayó al suelo.

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La cabeza me duele, me duele mucho. ¿Dónde estoy? ¿Qué paso? Me mire las manos y tenía un extraño cable conectado en mi brazo, Deb estaba sentado a mi lado mirándome, como si fuera un ser extraño.

—    ¿Qué ha pasado?

>>—Caíste como un pedazo de carne en el auto bus y te trajeron al hospital, después de que la chica de tus sueños te hablo—<<

—    ¿Me hablo? —Dije sonriendo mientras me tocaba la cara.

>>—Si, te dijo hola y tú le dijiste hola como dos veces, te digo algo, te veías tan idiota—<<

—Ojala ella no haya pensado que lo soy.

Escuche la puerta de la habitación y entro un hombre alto y blanco, con poco cabello apuesto que tiene como treinta y siete años.

—Señorita—Dijo mirando una tabla de papeles que tenía en las manos. —Strauss, ¿Sí?

—Sí.

—Envíe al laboratorio una muestra de sangre.

—    ¿Por qué?

—Cuando llego aquí, no tenía color en la piel y sus venas que se logran ver en sus brazos son más moradas y azules de lo que deberían ser normal mente. —Asentí con la cabeza aunque no tuviera la más mínima idea de que estaba hablando. —Puede irse y la llamaremos mañana en la tarde para entregarle sus resultados. —El doctor salió de la habitación mientras Deb me jugaba el cabello.

>>—Apuesto que morirás—<<

—Cállate—Dije mientras me levantaba de la cama, pensando en quien carajos se desmaya mientras habla con alguien, en este momento ella debe pensar que soy alguien extraña que se desmaya de la nada, aunque no podía creer el hecho de que me haya hablado, o que una de sus delgadas y tibias manos estuvieran en mi espalda, la verdad no sé porque me hablo, debería de hablarle mañana en el auto bus. Me mire al espejo sonriendo como idiota mientras escuchaba su vos en mi cabeza >>Hola<< —Hola—murmure reviviendo la escena.

>>—Pienso que cada día que pasa, pierdes más la cabeza—<<

—Estoy contigo Deb.

Tome mis cosas saliendo de la habitación, comencé a ver mi celular tenía un mensaje de mi mamá >>Mande a pagar el hospital, regresa a casa<< No puedo creer que no me haya mandado nada más o al menos me hubiera venido a ver, pero ya que así son las cosas, ya entendí que real mente estoy sola. Salí del hospital, pedí un taxi que me llevo a casa, todo el camino me puse a pensar en por qué alguien como ella me había hablado, yo sabía que ella era muy tímida, pero porque hacer una conversación con alguien que no habla, y cuando lo hace habla sola, pensaba miles de razones y en todo el largo transcurso a casa llegue a la conclusión A) Tal vez estaba drogada. B) Me tenía lastima.

>>—Opto por la B, yo también te tengo lastima—<<

—Eres un maldito imbécil.

—    ¿Perdón?—Mascullo el taxista mientras me miraba por el retrovisor, a veces olvidaba que solo yo podía ver a Deb; Deb no era una persona tampoco tenía sexo solo era un algo, un bulto negro que hablaba y me seguía a todos lados echando a perder parte de mi vida. Pero también era mi única compañía algo que había salido del lado oscuro de mi habitación y también del lado oscuro de mi soledad.

—No hablo con usted—Dije de manera indiferente, bajando la mirada mientras Deb se atoraba de la risa.

—Loca—Murmuro el taxista mientras estacionaba enfrente de mi casa, le pague y me baje del taxis, todos me consideran loca gracias a Deb, entre a la casa y subí corriendo las escaleras me deje caer en la cama tomando mi ordenador lo encendí tome todo el valor del mundo y le mande un mensaje a Yannick. >>Hola<<

>>—Sí vuelvo a escuchar o a leer que le pones un hola a esa chica, te golpeare con una silla hasta que encuentres otra palabra que decirle—<<

—Vamos, Deb no es tan fácil hablar con ella.

Pasaron cuatro horas, ya eran las doce de la noche, estaba completa mente dormida cuando el ruido de la red social me despertó, era un mensaje de ella.

IRONÍAS DE LA VIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora