Yoongi caminaba tranquilo, el frío que se filtraba por las ventanas abiertas del pasillo no alcanzaba a tocar su blanca piel puesto que las cuatro capas de ropa impedían que este pasará, agradecía que su madre le haya obligado a ponerse aquella chaqueta negra si no estaría llorando mientras se congelaba.
Al llegar al final habían dos alternativas, bajaba por el ascensor o las escaleras, la respuesta era bastante sencilla, no subiría a ese ataúd de lata ni aunque le pagaran, su corazón no lo resistiría y mucho menos su claustrofobia, además ¿A quién en su sano juicio le gustaría estar metido en esa cosa ruidosa que se sostenía de unos míseros cables? La simple idea de imaginarse ahí, mientras su imagen se reflejaba en los espejos y los sonidos de las tuercas sin aceite adentrándose por sus oídos, le daba escalofríos que ponían sus vellos de punta; las escaleras no tenían tan mala pinta, además solo debía bajar cinco pisos hasta la cafetería, el barandal se veía seguro, omitiendo obviamente aquellos fierros faltantes o el óxido que carcomía lentamente la pintura de baja calidad que habían utilizado.
Suspirando comenzó una vez más el tortuoso camino que lo guiaría hasta el elixir que exigía su cuerpo, amaba la cafeína y no resistiría un día completo sin consumir por lo menos un vaso de esta; el primer escalón fue sencillo, el segundo y el tercero también lo fueron, aunque imaginaba que se debía a la lentitud con la que iba y la exagerada fuerza que estaba ejerciendo sobre el fierro, pero no quería que la escena de hace unas semanas atrás se repitiera, porque si sus cuentas estaban en lo correcto, más de un hueso se rompería si caía cincuenta escalones.
Comenzó a tararear una melodía conocida, no era su favorita pero la tocaban en todas partes por lo que inevitablemente se la había aprendido, además no le quedaban muchas opciones porque su celular había quedado sobre la mesita en casa y sus auriculares perdidos por alguna parte de su habitación, lo más probable es que hayan caído al suelo y ahora mismo su pequeño hámster esté haciendo de ellos un gran desastre irreparable, no odiaba a "Mr. Mustache" pero era una pequeña bestia caótica y ya había gastado demasiado en cables para su celular. Decidió no pensar más en su mascota y su afán por destruir y se concentró en su verdadera misión, necesitaba conseguir un café, quizá sería un poco más arriesgado ésta vez y pediría una rebanada de pastel de chocolate o alguna de esas galletas con forma rara rellenas de mermelada, eso se oía bien. Miró hacia la pared y sonrió, ya iba en el segundo piso, la cafetería quedaba en el primero, justo al lado del estacionamiento, al parecer las personas querían salir pronto de ese lugar, Yoongi los entendía, cada semana asistía a sus sesiones con el psicólogo, el hombre no estaba mal, lo ayudaba a entender ciertas cosas que lo acomplejaban pero sentía que no era suficiente, quizá debería cambiar a uno mejor, pero este era el más barato, además su madre dijo que el doctor Namjoon era el mejor en lo que hacía, quizá lo había dicho porque era la pareja de su hermano, lo que prácticamente lo hacía su tío, entonces ¿No era poco ético que su tío lo estuviese tratando?.
Bueno, no le importaba mucho, el hombre no hacía más que sentarse y preguntar "y con eso...¿cómo te sientes?" Yoongi estaba seguro que si supiera no estaría pagando la mitad de su sueldo en esa única terapia de una hora a la semana.Ya en el primer piso podía oler el aroma de la cafeína, su nariz se movía como la de un cachorrito y sentía como su boca se llenaba de saliva, y estaba emocionado por muchas razones y las podía enumerar en su cabeza, uno, no había caído de las escaleras (lo cual era un logro enorme para su despistado cuerpo) dos, Namjoon finalmente dijo que estaba mejor (no con esas palabras pero bueno, no era el punto) tres, la cafetería estaba a unos diez pasos (esa era la mejor de todas). Yoongi comenzó a correr, podía sentir la pesada mirada de las personas en su cuerpo mojado envuelto en ropas, pero si era sincero, no le importaba o por lo menos no en ese momento cuando el cartel "COFFE" estaba más cerca, después se encargaría de encerrarse en su cuarto y llorar por lo ridículo que se vio corriendo.
Ya en frente de la puerta de cristal, su sonrisa mostraba sus pequeños dientes blancos y encías rosas, limpio con más fuerza de la normal sus manos sudadas y peinó un poco sus cabellos rubios, la textura en este no le gustó, quizá debería dejar que Hyuna hiciera su "magia", pero ¿Y si quedaba mal? ¿Y si tenía que ocupar gorro hasta en su casa? No creí soportarlo no era tan valiente, pero ese no era punto; empujó la puerta y la campanita sonó, amaba ese sonido, lo relajaba hasta el punto de querer comprar una y ponerla en la puerta de su habitación, nuevamente y con paso pausado se acercó hasta el mesón, había alguien nuevo, y eso lo puso nervioso.
Le había costado tanto poder hablar con la chica de cabello morado que se estaba arrepintiendo, pero ya había bajado los cinco pisos y le habían dicho que estaba bien, merecía ese café y el pastel de chocolate o las galletas raras rellenas de mermelada por eso es que caminó lo más firme que podía, porque no iba a mentir que en ese momento sus piernas temblaban como gelatina mientras sentía su corazón latir cada vez más fuerte, de seguro le daría un ataque cardíaco o sus venas se reventarían por el exceso de sangre...
—Buenos días y bienvenido a Coffe, ¿Qué desea ordenar?—
Yoongi lo miró y trató de sonreír, pero su cuerpo no quiso responder, la campanilla volvió a sonar y él volvió a correr pero esta vez en dirección a su hogar, no estaba bien y no merecía el café y la rebanada de pastel o las galletas raras rellenas de mermelada.
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Caramel Macchiato (Y.M)
Cerita PendekY aprenderé a vivir, por ti, por mi, por nosotros... Hasta aquel último aliento, hasta que tu piel deje de sentirse cálida y finalmente tus ojos terminen de cerrarse... Te amaré... Historia 💯% original NO sé aceptan copias ni adaptaciones Capítulo...