Capitulo 75- ¿Viejo amigo?

272 22 6
                                    

Teresa lo sabía.

Estaba claro que lo sabía, pero, ¿Hasta que punto? 

Tenía que tener un gran auto control como para evitar que su voz apareciera en la mente de Thomas. Que ni siquiera hubiese escuchado nada en sueños, el mayor momento de desconcentración en donde la mente se relaja y descansa, demostraba hasta que punto podía tomar las riendas del asunto. Demostraba el gran esfuerzo que tenía que haber supuesto  para ella durante todo ese tiempo en el área. Pero, a pesar de que era un logro admirable, lo único que aquello me producía era inseguridad. Inseguridad a no saber como actuar, a no saber cuánta información conservaba, a no saber que pensar de ella.

Por mucho que quisieramos encontrar la respuesta debíamos ser precavidos, cuidadosos de que ella no se diera cuenta de nuestro objetivo  y que, por ende, también se diera cuenta CRUEL. Tal vez aquel control sobre su mente no fuera lo único que supiera, tal vez había algo mucho más retorcido detrás de todo aquello. CRUEL sabía lo que hacía, tal y como había dicho Thomas, CRUEL nunca, jamás, hacía las cosas sin un proposito. Que hubieran dejado a Teresa conocer su habilidad, conocer como utilizarla y tal vez más cosas de las que nosotros todavía  no eramos conscientes, singnificaba algo, algo muy importante y teníamos que descubrir el qué.

La conversación que habíamos tenido a la noche no llegó a más. Apenas tocamos el tema de Teresa, que nos dejó lo suficientemente desconcertados como para decir palabra alguna, varios de los larchos empezaron a despertarse, haciendo imposible tocar el tema. Aquel no era el lugar adecuado para hablar sobre nuestras teorías y mucho menos si la persona de la que hablábamos se encontraba a solo unos metros de nosotros.

Por esa misma razón decidimos posponer nuestra charla. No podíamos arriesgarnos a que los demas nos escucharan. Por un lado podría ser bueno, tal vez ellos habían visto u oído algo que nos ayudara a entender mejor todo lo que estaba pasando, pero por otro lado aquello podía crear  muchos malentendidos y hacer que se culpase a Teresa sin haber asegurado que ella nos ocultaba algo.

¿Que si yo me lo esperaba? Claro que sí. Ni siquiera confiaba en mi misma como para confiar en alguien más en esa situación. Todos podíamos ser culpables de mentir u ocultar información valiosa en contra de CRUEL. Algunos tal vez queriendo y otros por la manipulación de estos. Como lectora no podía permitirme no hacer teorías, en ciertos puntos incluso había llegado a dudar de mí misma. Pero, a pesar de saber que había algo mal con la morena desde hacía tiempo, no tenía pruebas. Y las teorías sin pruebas, sin una evidencia sólida, sin algo que asegurase que estaba en lo cierto, eran simplemente eso, teorías.

Llegar a la ciudad nos tomó casi todo el día. A pesar de que la noche anterior habíamos visto la ciudad y dormido con aquella vista que en ese momento nos pareció hermosa, alentadora, estaba más lejos de lo que habíamos pensado. No obstante, no hubo nadie que se quejara, tal vez porque ya estábamos acostumbrados o porque por lo menos esta vez tenían seguro que llegaríamos, que esta vez no tendríamos que pasar días a la intemperie. Que esta vez veíamos nuestro lugar de destino.

Nos lo tomamos con más calma que los días interiores, esta vez incluso se podían escuchar varias conversaciones entre los larchos, algunas sobre lo que habíamos tenido que pasar estos últimos días y otros sobre lo que esperaban encontrar en la ciudad. El cansancio esta vez no fue tan golpeador como los otros días. Esta vez todos estabamos más animados, dando un último esfuerzo para poder llegar. 

Newt se había asegurado de estar cerca mío todo este tiempo y a pesar de que por el cansancio no habíamos podido hablar tanto, agradecía tenerlo al lado, en un silencio para nada incomodo, solo con su presencia, diciéndome que no estaba sola. No importaba cuán cansado estuviera, siempre que cruzaba miradas conmigo se las arreglaba para regalarme una hermosa sonrisa y darme ánimo para seguir. A veces me preguntaba si yo, que aunque lo intentara se me hacía muy difícil sonreír y darle palabras de apoyo por el cansancio, no estaba dándole muy poco. A veces sentía que en verdad no demostraba todo el cariño que le tenía, que tal vez eso debía cambiar.

¡¿Yo en The Maze Runner?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora