Espejos

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Luego de dar el si, la gran fiesta en la mansión las esperaba.
La recepción era enorme, la decoración había quedado fabulosa, los tonos negro, plata y rosa eran los indicados, la convinacion de estos  colores era única y hacia juego con las flores, los manteles y adornos.
había miles de invitados, compañeros, amigos, conocidos y obviamente no podían faltar los reporteros, algunos curiosos, otros felices y otros escépticos.
Varios mozos desfilaban con las copas de champagne en finas bandejas de plata.

Llgado el momento entraron por la gran puerta de la mansión  y fueron recibidas por cora quien les entregó a las dos bellas novias una  hermosa corona de flores blancas.

Fueron de prisa dirigidas al salón de la primer planta y ni bien entraron tomadas de la mano, el vals comenzó a sonar, parecía un sueño, desde que llegó  Emma soñaba con ese momento, el salón, los vestidos, el baile. Se sentía una pequeña princesa junto a su valiente reina, un cuento del que jamás pensó ser parte pero en el  que siempre creyó.
El piano sonaba de fondo acompañado por la luces que enfocaban al centro a las novias cambiando de color.
Pequeños papelitos plateados caian sobre ella como si fueran estrellas.
Ambas brillaban en la gran pista, luego de un par de pisotones por parte de la rubia y muecas desagradables de regina se sincronizaron con la música y bailaron frente a la mirada enamorada de todos.
Era tanta la magia del momento que su pequeña burbuja se hacía cada vez más intensa.

-ahora soy la señora mills.

-y yo la señora swan....te amo mi  cisne Salvador.

-y yo te amo a ti mi valiente reina buena.
Fueron todo lo que pudieron decir antes que su voz fuera quebrada por la emoción.

Un par de minutos después cuando lograron separarse, ambas bailaron con algunos de los invitados que esperaban para tomar su mano.
Zelena y regina bailaban juntas  intercambiando chismes, Emma bailaba con cora.
El amanecer estaba llegando y con ello el final del festejo. Ambas se encontraban descalzas, llenas de confeti, con adornos extravagantes y algunas copas de más, mirando las estrellas desaparecer en el balcón.

Los miles de regalos en el living espeban ser abiertos, pero sólo uno fue el protagonista esa noche.

Todos los invitados ya se habían retirado, mañana las fotos seguramente estarían en la primera plana y la morena tenía dos entrevistas en la tarde para ampliar detalles del gran acontecimiento, aprovechando la oportunidad de poner a su empresa en los primeros puestos y recaudar más fondos. Mientras Regina se daba una ducha y se ponía un atuendo más cómodo, solo quedaban Emma y zelena sentadas con la última copa de la noche.

-ven cuñadita, tengo algo para ti.
Llamo la pelirroja, apartandola hacia un costado.

-ten, les he comprado este obsequio para su gran noche, pero antes quiero decirte que cuides mucho a mi hermana, si la lastimas una sola vez, si la engañas, si la haces llorar o cualquier cosa que la haga sufrir, Te las veras conmigo, sabes muy bien que tienes todo mi respeto, ya que has hecho lo que muchos no pudieron y desde que esta contigo ella se encuentra llena de vida, nunca la vi tan feliz, pero te advierto cuidala como lo más preciado.

-por supuesto zelena, sabes que sería incapaz de lastimarla, la amo demasiado.

-lo se, toma y disfruten.

-¿que es?

-abrelo y veras.

Emma tomó la caja, la abrió y sus cachetes automáticamente se tornaron de un color rojo. Avergonzada, intentó urgear dentro para terminar de ver su contenido. Había dos portaligas, dos conjuntos de encaje uno rojo y otro blanco, dos camisones totalmente trasparentes, un par de esposas, un gel, un vibrador con control y un dildo.

El Amor Del Espejo (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora