❝🌹†Daddy†#09🌹❞

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Hana miraba con bastó recelo aquella figura erguida que posaba pesadamente sobre el sofá marrón de la estancia, Jungkook se posicionaba a un lado de ella con vergüenza mientras Yoongi, admiraba la función divertido con una copa en la mano tomando asiento en los taburetes de la cocina, lejos pero aún cerca, lo suficiente como para no verse involucrado.

La mañana era hermosa a pesar de ser las ocho en punto, llena de una luz tan angelical que simplemente no parecía real, pero lo único real en aquella estancia era la innegable tensión entre Hana y Jeon. Estaba bien que el pelinegro buscara ayuda, era comprensible debido a su delirio por el alcohol, a pesar de que ya era un hombre que podía dar más de lo que se imaginaba pero ni el mismo tenía control de sus sentimientos, ¿Cómo tendría control de una adolescente para nada impoluta? 

Hana se mantuvo sentada a pesar de sus incontrolables ganas de salir corriendo, si Jeon quería deshacerse de ella significaba que jamás pensó en quererla, a pesar de aquel encuentro transcurrido en la semana, de aquel sentimiento que había experimentado... La tal Yeisan que se había encargado de venir por ella, parecía alterada por la llamativa presencia de Jungkook, pues sus ojos siempre caían sobre él cada vez que este siquiera pestañeaba. Era más que obvio que quería cogérselo.— Es un placer encontrarme aquí y por supuesto es un placer aún más grande que haya optado por nuestro plan de educación y formación.— cruzó con brusquedad sus piernas mientras sus ojos negros caían sobre Jeon, otra vez, quien como un perro regañado se mantenía sentado con sus piernas clavadas sobre la alfombra y sin una gota de alcohol en su sistema. Retiró su cabello oscuro de entre sus ojos a punto de hablar o balbucear, pero Yoongi lo interrumpió.

— Son muy profesionales. — levantó su copa para involucrarse mientras apoyaba su otra mano cerca de su entrepierna. — Creo que no han pasado ni veinticuatro horas de su solicitud y ya están aquí buscando a su presa.— estaba claro que se encontraba un poco prendido, llevaba tomando desde que Jungkook y Hana discutían ante la noticia.

Yeisan se sonrojó, quizás se sentía acalorada al tener ante sus ojos a dos hombres mayores sumamente atractivos y solteros a su pequeño alcance, retiró un mechón invisible de su cara y murmuró.— En estos tiempos tan difíciles no nos encontramos con demasiados padres que opten por la opción de un reformatorio, así que tomamos las medidas necesarias para hacer todo rápido y sin anestesia.

Hana sonrió con burla. Se mantenía en silencio, no quería hablar, opinar ni mucho menos oponerse, ya  lo había hecho y su padre no se lo permitió y por supuesto Yoongi no se metió. Si Jeon quería esto era porque la consideraba un gran estorbo, y ella con todo el dolor que podía albergar tenía que aceptarlo.

 "Seguro a Jimin no le gustará para nada esto"

— Es hora de marcharnos , como sabrá Sr. Jeon las visitas tendrán que primero procesarse por la página y está le acordará un día conveniente para visitar a su familiar.— tratando de verse aún más profesional se levantó llevando su mano sudada hacía Jungkook.

Este se levantó seguida de Hana quien llevaba un pequeño bolso en donde destacaban la muchas prendas llamativas...— Gracias por sus servicios.— hizo una pequeña reverencia que con recelo la mujer aceptó, por supuesto ella quería tocarlo. Yoongi terminó de observar la función girando sobre el taburete y sirviendo más alcohol.— Hana...— Jeon intentó tocarla pero está rápidamente le esquivó mientras se disponía a salir.

— Hasta luego, Jeon.— miró a Yoongi.— Min.

Este levantó la copa en su dirección sin tan siguiera verla.

— Si querías deshacerte de ella la hubieses tirado a los perros, ahí le iría mejor.— eran las cinco con menos cuatro minutos, ambos hombres llenos de pesares se encontraban postrados en la cocina con más de dos botellas vacías en la estancia, ninguno de ellos se había movido, se mantenían ahí después de la mañana tan surrealista que presenciaron.

— Es lo mejor para todos.— esto último provocó la mirada curiosa de Min.

¿Acaso Jeon sabía lo que había ocurrido entre ellos dos? Se preguntó Yoongi mientras intentaba concentrarse en mover su vaso sutilmente sobre la encimera. Y si lo sabía, ¿Por qué no lo había corrido aún?

Jeon se levantó de golpe, el alcohol estaba haciendo de las suyas así que con paso tambaleante se despidió de Min y se dirigió a su recamara. La casa almacenaba dos almas en pena que, con el paso de las horas se iban consumiendo junto a la casa en un hueco oscuro lleno de humo. Sin la presencia de Hana las cosas iban en una dirección completamente diferente, o al menos eso pensaba Jungkook, quien postraba su cuerpo en aquella cama matrimonial con la cabeza en el aire. Quizás se había equivocado al haberla enviado as í, pero no podía frenar todo aquello por una simple idea, no después de haber pasado casi toda la mañana discutiendo con ella en lo que sería correcto y lo que no.

"Ya no me quieres , ¿verdad ?"

Aún podía escuchar aquellas palabras tan dulces pero vacías revoloteando sobre su cabeza. Suspiró.

— No entiendo por qué me haces esto...— estrujó su rostro cansado entre sus manos con exasperación.

Quizás era el alcohol, el aire denso de la habitación o el deseo inminente pues nadie lo sabía, pero con todo el descaro del que fue capaz llevó una de sus manos sobre el cierre de su pantalón y con delicadeza, casi con miedo comenzó a acariciarse. Se sentía caliente, deseoso de poder saciar todo aquello que mantenía contenido.

Y lo hizo.

sin tantos comienzos llevó su mano hacia su erección y entre jadeos y gruñidos inició una ferviente labor de complacimiento, su mano recorría con presión toda aquella longitud caliente. De vez en cuando mordía su labio Inferior preso del deseo de poder gemir, su cuerpo comenzó a temblar siendo a su vez cubierto de una ligera capa cristalina de sudor, sus músculos se tensaban y sus cabellos se adherían a su frente perlada.

Cualquiera que estuviese viendo tan gloriosa función habría asegurado que aquel hombre fuerte era un pedazo arrancando de las palabras "lujuria y pecado" que por mala suerte o no, había caído en aquel lecho de llamas como cereza al pastel.

Siendo dominado de sus sentimientos, levantó su pelvis absorbiendo el placer, sus nalgas se tensaron mientras su mano ágil enrojecida de tanta fricción, chocaba contra su pelvis en cada fuerte embestida. Finalmente gimoteo para luego caer sobre su lecho de miseria, su respiración  alterada era ahora lo único audible en la habitación, retiró su cabello con su mano libre dispuesto a dormir o al menos eso intentaría, pues mucho antes de correrse pensó en su linda Hana y eso le estremeció el alma.

"Ya no me quieres, ¿Verdad?"

Te amo.


「Yes, daddy please」 ;+j. jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora