Pasaron aproximadamente dos semanas desde la primera vez que la ví. Mi hermana me había regalado un celular, en donde me podía conectar a todas las redes sociales que quisiera, así que dejé de lado a mi fiel chatarrita.
Seguimos conversando por WhatsApp, desde la mañana, hasta la hora en que nos íbamos a acostar, todos los días lo mismo. Un día en nuestra típica conversación salió el tema de cuando iba a ir.
ㅡAmor, te extraño y quiero sentir tus besos otra vez:( ¿puedes venir el jueves?
ㅡ¿El jueves?, pero por supuesto, estoy ansiosa por verte y ver esos ojos de nuevo.
ㅡAy que eres hermosa.
ㅡTu eres la hermosa aquí.
ㅡQue eres porfiada bebé:(
ㅡSi, entonces... ¿como lo hacemos el jueves?
ㅡEm, ¿en mi cama y sin ropa sería?
ㅡTontaㅡ la verdad es que me reí, y por eso me gané una mirada asesina de mi madreㅡ como lo hacemos para jutarnos allá, porque yo no tengo ni idea de como llegar a tu casa.
ㅡJajshjs ah eso... yo te voy a buscar a estación central, y de ahí para mi casa. Vamos a estar solitas todo el día.
ㅡEso me gustó. No se como hacer la cimarra... bueno, en todo caso estaría llegando tipo 9 de la mañana por allá.
ㅡEstá bien. Usted me avisa y yo voy en su rescate jahds. La quiero demaciaado bebé<3.
Estaba emocionadísima por ir a verla, y para remate estaríamos solas en su casa, todo el día. Allí no habrían solo besos y abrazos.
Los días pasaban lentos, todos iguales, hasta que llegó el bendito jueves.
Llegué como todos los días temprano al colegio, mi hermana me dejaba cerca del colegio, por lo que llegaba quince o veinte minutos antes de entrar. Me dispuse a caminar despacio para que ella tuviese suficiente tiempo para doblar e irse a su trabajo. Cuando vi que ya no estaba al alcance de su mirada, doblé en sentido contrario, y caminé lo más rápido posible para llegar pronto al paradero de bus.
Para mi suerte me encontré con muchos de mis compañeros de curso, todos ponían cara de asombro, yo solo les decía "tu nunca me viste" y luego pasaba por el lado.
Llegué al paradero, transpirando, y eso solo eran indicios de mis nervios, ya que era pleno invierno, Junio, y a esas horas en la mañana hacía un frío que te congelaba todo.
La maldita micro no llegaba. Tal vez pase a las ocho o ocho con cinco minutos, dije para mis adentros. Había mucha gente esperando también locomoción, por lo que no había pasado el transporte. A las ocho con cinco al fin llegó, no subimos todos, e ibamos extremadamente apretados. Puse música, la que fuese más alegre para animarme, y le mandé un mensaje por WhatsApp a mi amor.
ㅡTomé la micro, cambio y fuera. En cuarenta y cinco minutos estoy por allá, ojalá estés preparada para lo que viene, mi futura pasiva.
Llegó un mensaje a un minuto de diferencia, me decía.
ㅡAhhh no, ahí si que chocamos, no seré la pasiva aquí, tendrás que someterte ante mí.
ㅡHoy lo veremos. No te duermas amor.
ㅡNo lo haré, estoy impaciente.
Guardé mi celular en el bolsillo del buso de mi colegio, si, los jueves me tocaba buso, asi que era toda una escolar haciendo la cimarra. La gente me miraba, algunos con cara de sorpresa, otros de reproche, y algunos ¿me sonreían?, era sorpendente como me miraba la gente, y sin ningún disimulo. Se notaba a millas de que colegio era, pero no importaba, iba a ver a mi andante, que se vallan todos a la cresta.
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No es tan malo como parece | Homosexual
Teen FictionSe supone que encontramos a lo largo de la vida algo por que luchar... Pero Valentina ya está cansada de dar la pelea. A sus cortos 17 años está sumida en una vida depresiva, detonada por alcohol, drogas, su condición sexual, su familia... todo al r...