Capítulo lX: "Todo tiene su fín"

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Al otro día nadie de los presentes en la "fiesta" estaba en condiciones de ir al colegio, así que dormimos en una masa gigantesca de cuerpos hasta las una de la tarde. La sed también era nuestra fiel compañera. Y ese olor espantoso de alcohol, cigarros y marihuana hacía que nos doliera la cabeza a horrores.

Busqué a mi amiga entre la multitud, la pillé acostada en el suelo, con su cabeza apoyada en el estómago de su novio.


-Lila- dije mientras la sacudía sin cuidado y afirmaba mi cabeza para no caer al suelo de un desmayo- Lila despierta fea culia.

-Mmmh- de su boca solo salían mini gruñidos, así que gentilmente busqué un vaso, lo llené de agua y se lo tiré en la cara- ¡¿pero que mierda?!- me mira ya despierta, con una cara de asombro y enojo, no puedo hacer nada más que carcajearme de risa, parece un pollo mojado.

-Vamonos a tu casa mierda, no me gusta oler así, me siento sucia- he hice una mueca para resaltar mi "mal olor".

-¿Y para eso me despertaste así?- mira mi cara, y tengo una expresión de "alegría", así que me cree, suspira y rueda los ojos- ya bueno, vámonos- le pega una patada a su novio para que despierte, este abre los ojos y mi amiga se acerca para depositar un beso en sus labios, que... ¿tierno?.

Salimos de la casa del pecado tipo una y media de la tarde, la casa de mi amiga quedaba a dos calles de lejanía, así no nos demoramos nada en llegar y entrar. Como era de día sus padres no estaban, muy bueno para nosotras ya que apestábamos, me metí primera en la ducha, no me aguantaba, creo que mi ropa estaba impregnada en alcohol y otros fluidos, en todo caso no me sorprendería.

No me acordaba ni de la mitad de lo que había hecho y no hecho, creo que estuve hasta en un trío, y esas cosas las detesto, el sexo es de a dos, no de a más, pero bueno, me había metido tantas cosas en el cuerpo que no importaba una persona más o una persona menos.

Salí de la ducha con solo una toalla, en ese tiempo usaba el pelo corto, así que no ocupaba una toalla para el pelo, Lila me miró de pies a cabeza, sabía hace mucho que mi amiga me tenía ganas, incluso siempre me lo dice, me miró con ganas de hacerme de todo, yo solo la ignoré, estoy acostumbrada a esa mirada por parte de ella, incluso me da gracia.

-Te toca- dije pasando por su lado y subiendo a su pieza, me había quedado en otras oportunidades en su casa y se me habían olvidado algunas prendas, así que estaba lista, bajé ya vestida y metí mi ropa a la labadora, tenía que quitar ese horrible olor.

A las tres de la tarde, cuando ya estábamos labadas y vestidas con mi amiga, decidimos comer o "almorzar" algo, nos moríamos de hambre. Caminamos hacia el centro de la ciudad y pasamos a un local a comer un completo, no teníamos ganas de cocinar.

En eso estaba cuando se me pasó por la cabeza imágenes de lo que nos habíamos dicho con Javiera por sms, mi ánimo se fue a la cresta.

-Ayer mandé a la cresta a la Javi por mensaje de texto- dije sin anestecia, mi amiga paró el camino de su completo a su boca para mirarme.

-Perdón, ¿qué?- su cara lo decía todo, no lo podía creer.

-Eso, lo que escuchaste- me miraba con cara de reproche- ¿qué?, ¡tu sabías lo que estaba pasando con nuestra relación!, osea, adube mucho tiempo mal sin saber nada de ella, y recién ayer me vino a contestar un mensaje, un puto mensaje de entre tantos, tampoco me dió las razones de porqué se fue así de las redes sociales, ¿tu que habrías hecho en mi caso?- la miré desafiante.

-Pues... creo que también me hubiese vuelto loca, sabes lo controladora que soy con mi novio- nos reimos- igual se cuanto la amabas, y cuanto de dolerá dejarla- me mira, y no puedo resistir las ganas de extrangularla.

No es tan malo como parece | HomosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora