Capítulo seis.
Lentamente y juntos, empezamos el intrigante viaje hacia la comisaría en busca de una ayuda desesperada. Todo el daño físico que había recibido los pocos días que estuve encerrado comenzaban a hacerse notar, me surgían mareos y me sentía extremadamente cansado, pero ya avanzamos mucho como para rendirme en ese momento.
La fría noche se hacía notar cada vez mas a medida que los minutos avanzaban, el dolor de mis heridas se pronunciaba más y más a cada segundo que pasaba, impidiéndome continuar con normalidad.
— Vamos, no es momento de caer. — Fueron mis palabras de aliento hacia mí mismo.
— Aguanta, ya falta poco. — Me sujetó del brazo y lo colocó por detrás de su cabeza.
A lo lejos se comenzaba a ver nuestro destino, caminamos unos doscientos metros más hasta que por fin llegamos.
— Ayuda, por favor. — Suplicó Odet luego de entrar.
La pobre chica llegó sujetándome del brazo para evitar que me desplomara, fue mi salvación.
— Tom, llama a una ambulancia. ¡Rápido! — Exclamó una oficial que nos divisó a través de una puerta entreabierta, dirigiéndose a otro policía que allí se encontraba.
— ¿Que les pasó? — La mujer corrió hacia nosotros al ver nuestro estado.
— Lo golpearon, nos tenían secuestrados aquí cerca. — Tras responder, me colocó lentamente en el suelo.
— ¿Quiénes? ¿Cómo salieron? ¿Escaparon?
— Si, luego le cuento los detalles.
A este punto ya no podía oír ni sentir nada de lo que me rodeaba, lentamente fui perdiendo la consciencia hasta desmayarme por completo.
Tras pasar algunas horas desperté en un hospital, acostado y con muchas vendas en el rostro. A mi lado se encontraba Odet, sentada en otra camilla mientras miraba por la ventana, pero su estado era mucho "mejor" que el mio, al menos físicamente.
— Buenos días. — Me dijo con una pequeña sonrisa luego de ver que había abierto los ojos. — Te desmayaste luego de que llegamos a la comisaría, una ambulancia llegó y nos trajo hasta aquí. — Agregó.
— ¿Que pasó con el tipo que faltaba? — Pregunté a la vez que intentaba sentarme, los distintos dolores me lo ponían difícil.
— No te esfuerces tanto, tu estado aún es delicado. Le expliqué todo lo que pasó a la oficial, incluyendo el hecho de que falta uno de ellos.
— ¿Fueron al lugar? — Apenas lograba darme a entender, las vendas eran demasiadas.
— Si, dijeron que vendrían a hablar con nosotros si necesitaban alguna información.
— Tengo que ir a ver a mi hermana. — La necesidad de verla era mucho más fuerte que cualquiera de los dolores que sentía.
— No podemos irnos aún, después de todo, matamos a cuatro personas así que no nos lo pondrán tan fácil. — Se notaba su preocupación, temía que la historia no terminara.
— Eran ellos o nosotros.
— Lo se, pero ya sabes como son igualmente. — Agregó soltando un suspiro.
Tras esto, un policía ingresó a nuestra sala.
— Buenas. — Su voz seria y grave resonaban en toda la habitación. — Contactamos a tu madre, ¿Josh verdad? — Agregó.
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Sin una Razón
Novela JuvenilDos adolescentes son secuestrados y torturados con la efímera esperanza de escapar de esa dolorosa realidad. Por un lado se encuentra Josh, un adolescente promedio que ha sido separado de su pequeña hermana con parálisis cerebral al ser dejado incon...