Sin una Razón

~ Capítulo 7 ~

Capítulo siete.

- ¿Por qué lo preguntas?

- No lo se, solo tengo ganas de caminar mientras vamos de la mano, pero si no quieres lo entenderé, no es un momento muy emotivo como para esta clase de cosas... - Desvió su mirada hacia el frente.

Preferí no responder y solo limitarme a extender mi brazo hacia el suyo.

Luego de esto, pude sentir el cómo su cálida y delicada piel comenzaba a tocar mi mano. Sin duda era una sensación que pocas veces llegaría a tener desde ese momento. Sentí, por unos segundos, que no me encontraba solo después de todo... O al menos no tanto como pensaba.

Tras otras dos exhaustivas horas de caminar y caminar, llegamos por fin a casa. No lograba aceptar que solo una desgastada puerta de madera me separaba de mi pequeña hermanita después de haber vivido todo lo que pasó los días atrás, parecía un sueño.

- ¿Qué haces? - Su curiosidad sale a flote luego de ver cómo me pellizcaba el rostro.

- Hay que asegurarse de que esto sea real, ¿No? - Respondí entre risas.

- Si... Lo es a pesar de todo. - Mantenía una pequeña sonrisa en su rostro. - Bueno, ¿Entramos? - Agregó mirándome.

- Vamos.

Tras pasar por la delgada y vieja puerta de madera allí se encontraba ella. No pude evitar que las lágrimas comiencen a caer de la felicidad al mismo tiempo que me desplomaba de rodillas al suelo.

- Estoy de vuelta Abby. - Por fin, luego de tanto tiempo, mis pensamientos lograban calmarse.

Logré ver cómo una pequeña lágrima proveniente de su ojo se precipitaba sobre ella. Aún en su pésimo estado de salud es capaz de sentir alegría, es algo que muchos desean pero que sus pensamientos evitan sin darse cuenta.

La abracé como nunca, no podía creer que pudiese volver a verla luego de esa infernal tarde.

- Te estábamos esperando. - Dijo mamá luego de abrazarme de nuevo. - Desde ahora será mejor que no te alejes mucho de casa cuando estés solo. - Vuelve a abrazarme, dejándome en claro que aún soy un niño mimado.

- Ese tipo no estará suelto por mucho tiempo. - Emerge lentamente de mí un deseo de venganza.

- Josh, No hagas locuras, ¿Si? Estamos juntos de nuevo y eso es lo único que importa ahora mismo. - Respondió rápidamente, sabe que aún nada ha terminado.

- Está bien. ¿Podemos ir a la cocina? Debo decirte algo.

- Miedo me das jovencito. - Se cruza de brazos y me sigue.

Tras cruzar la casa y llegar a la cocina, le conté sobre la situación de Odet para luego pedirle si podía permanecer con nosotros de ahora en más ya que no tenía ningún sitio a donde ir.

- ¿No hay otro miembro de su familia que la reciba? Josh, sabes que eso es difícil teniendo a tu hermana aquí. - Baja su voz y me toma de las manos.

- No lo hay, ya sabes lo que pasó con su madre. - Bajé mi mirada, solo podía esperar su aprobación.

- ¿Y su padre?

- No lo se, leí en la carta que su padre "se fue", pero no se a qué se refería exactamente. Siempre se mantuvieron alejados del resto de sus parientes por lo que sé. - Su pregunta me da algo de esperanza. De querer rechazarla lo habría hecho desde un principio. - Trabajaré para ayudarte a mantener a Abby. - Agregué asegurandome de que no se arrepienta.