𝐀𝐏𝐑𝐄𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐀 𝐐𝐔𝐄𝐑𝐄𝐑𝐓𝐄 | 𝘙𝘜𝘉𝘌𝘕 𝘋𝘖𝘉𝘓𝘈𝘚 [ AN #1 ]

Capítulo cuatro

04. pensando en ti

—¡Concentración!— aplaudió irritado Marco—Me rindo, deténgase todos—pidió tomando asiento— llevamos meses trabajando coreografías y esta es la última, la más importante de todas y tu estás completamente en otro planeta.

—Lo siento, de verdad— bufo frustrada la rubia bebiendo de su agua— necesito diez minutos, luego de eso prometo que tendré mi cabeza en esto. — pidió juntando sus manos.

—Eso espero— señaló marcos, su coreógrafo—¡diez minutos todos!— gritó el hombre a las bailarinas que asintieron retirándose— Vilú, no tiendes a distraerte tan fácilmente.

—Es que mi cabeza en todas partes— explicó esta, pues era totalmente cierto, cuando se trataba de trabajo era muy perfeccionista y concentrada— el tour termina mañana y esperaba tener un poco de tiempo para mi, visitar a mi familia.

—¿pero?— preguntó este dentándose en piso junto a la chica.

—Debo trabajar en una colaboración y comenzar a preparar el nuevo álbum— hizo un puchero— no podré viajar.

—Pero al menos será menos estresante que el tour— apretó su mano el chico, Marco era su coreógrafo desde el día uno y le había enseñado a bailar cuando anteriormente no era capaz de dar dos pasos sin caerse. Le tenia mucha confianza y cariño— debes buscar el lado bueno en las cosas, todo esto es estresante pero estas cumpliendo tu sueño y pudiendo mantener a tu familia mientras lo haces.

—Y conociendo personas fantásticas— le sonrió apoyando su cabeza en el hombro del moreno— sos lo más marquito.

—dime algo que no sepa violetita— beso su frente para luego reír— ahora, ¿me dices la verdadera razón de tu desconcentración?

La chica abrió los ojos confundida, ¿como lo sabía?

—Llevó siete años trabajando contigo, planeando los bailes de cada una de tus espectaculares presentaciones y llevas este estrés desde ese día— comenzó a aclarar el español al ver la cara de sorpresa y confusión de la cantante— hasta en tus peores días no vas tan fuera de ritmo como hoy, al contrario te libera bailando por lo qué algo más, algo nuevo, te esta comiendo esa cabecita tuya.

No se equivocaba considerando que no podía parar de pensar en cierto mensaje privado de Instagram que había llegado la noche anterior, ¿como era posible que un simple "hola" pudiera desconcentrarla de tal manera? Pues el problema no era el mensaje en si, era quien lo enviaba.

—Un chico molesto— le restó importancia.

—¡Chico!— gritó el hombre—¡Un chico molesto!— repitió— ¿quien es? ¿Como se llama? ¿Como lo tiene? Si sabes a lo que me refiero— le guiño un ojo.