Kyōtani Kentarō

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Sonó tu teléfono.

- Ya vengo chicas, me llaman- agarraste tu maleta y celular.

Una vez lejos de tus amigas atendiste la llamada.

- ¿Si?- no habías visto quien te llamaba, tu solo contestaste.

- Hola cariño- era tu suegra- Perdona que te moleste, se que ahora estas saliendo de tu club, o por lo menos es lo que me dijo Kentaro- 

La agradable señora rió levemente, a lo que tu también pero de forma mas tímida, te sorprendía un poco que tu novio hablara de ti con su madre. 

- Hola señora Kyotani, es un placer volver a hablar con usted- hablaste amable, enserio te caía muy bien esa mujer- Si, ahora estoy saliendo del club, pero no es ninguna molestia, dígame ¿Que necesita?- 

- Ah, claro, por lo que llamaba- parece que se había olvidado- Él despistado de mi hijo se olvido el bento en casa, hoy no ha desayunado y me he olvidado de darle dinero- explicó- ¿Podrías pasarte por casa, buscarlo y llevárselo? Se que es mucho lo que pido, pero enserio ni mi esposo no yo podemos salir del trabajo- 

- Oh, no hay problema, es mas, es un placer poder ayudarla y llevarle el bento a Kentaro- 

- Oh gracias querida, me salvas- 

- Lo único... ¿Como entro?-

- Cierto, sobre eso, hay una llave debajo de la maceta roja-

- Entendido- 

- Muchísimas gracias, te lo compensare cuando vuelvas a casa, te haré un pastel, tu favorito-

- Mmm no hay problema enserio- dijiste tranquila- Que tenga linda tarde-

- Igualmente querida, adiós- 

Y colgó. 

Volviste con tus amigas.

- Lo siento chicas, me tengo que ir- te despediste de todas- Las veo mañana.

Te pusiste a caminar y en cuestión de minutos ya habías llegado, no era muy lejos.

Buscaste la llave, entraste y viste el bento arriba de la mesada de la cocina.

¨Es que es tonto¨ pensaste.

Rápidamente lo agarraste, cerraste con llave la puerta, dejaste la llave en su escondite y volviste a la escuela.

Según tu, a este hora tu novio tendría que estar en su club. Sinceramente te daba algo de vergüenza y miedo ir, iba a haber muchos chicos y no te agradaba demasiado eso, te daba cierto pánico.

Alejaste lo pensamientos una vez estabas en frente de la puerta, suspiraste y entraste.

- Permiso...- hablaste bajito.

Mierda.

Justo estaban en el descanso, por lo que todos te voltearon a ver, cosa que te puso nerviosa. 

Todos estaban embobados viéndote, algunos eran disimulados y otros no. Era de esperarse que pasara eso, eras una de las chicas mas hermosas del Aoba, y no solo les gustabas a las personas por tu belleza, sino también por tu amabilidad y tu talento y elegancia a la hora de patinar.

Todo se quedo en silencio un rato mientras tu buscabas a tu novio, pero no lo veías por ninguna parte.

No sabias en que momento pero ya había algunos chicos rodeándote y soltando piropos bastantes... raros(?

Haikyuu one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora