Al día siguiente, la pequeña Suzuka llegó a la escuela con una gran sonrisa y bastantes galletas en la mochila.
La noche anterior, después de la cena, había preparado galletas con ayuda de su madre, las suficientes como para alimentar a cien personas, bueno tal vez no tantas.
Sus hermanas se comieron algunas cuando aún estaban calientes y su papá se llevó otras cuantas al trabajo temprano en la mañana, sin embargo le seguían sobrando una gran cantidad de galletas.
Todavía tenía otras personas con quienes disculparse por su comportamiento del día anterior, por lo que se le ocurrió meter las galletas en algunas de esas bolsitas de colores y diseños tiernos que su madre guardaba para los cumpleaños.
Lo primero que hizo al llegar a su aula fue compartir sus galletas con sus nuevas amigas, para ellas había designado que el color de sus bolsitas combinara con el color del cabello de sus muñecas. De ese modo, Aiko recibió una bolsa de galletas atadas con una cinta rosa, Annaisha de color azul y Ayami, naranja.
—Muchas gracias, Su —la niña de la muñeca azul sonrió como si hubiera recibido una bolsa con lingotes de oro en lugar de galletas.
—Son cogmo probag el cielo —dijo Aiko, que no se había resistido a esperar hasta hora de la comida para probarlas.
—Y nosotras no tenemos nada que disculparte; que importa si no eres hija única o hermana mayor, igual nos agradas —Ayami pasó su brazo sobre el hombro de Suzuka—. Pero creo que sí deberías hablar con tu novia —susurró en su oído.
Suzuka sintió un calor extenderse por toda su cara hasta llegar a sus orejas. Claro que sabía que tenía que disculparse con Moa, después de todo esa fue la principal razón principal por la que decidió preparar galletas.
🍼ღ🍼ღ🍼
El patio de la escuela en el recreo estaba inmerso en el bullicio de los niños jugando.
Suzuka había decidido esperar hasta esa hora para buscar a la niña de los hoyuelos, porque creyó que así tendría más tiempo para disculparse, pero viéndose rodeada por varios niños que no dejaban de corretear por todo el lugar, se le complicó encontrar a su objetivo.
Cuanto más tiempo pasaba ahí, era más probable que sus galletas terminaran aplastadas.
¿Dónde estás? —preguntó para ella misma mirando en todas direcciones.
Como si fuera una señal, vislumbró una cara conocida escondiéndose cerca de los árboles del lado oeste.
Sin dudarlo un segundo, se acercó para comprobar si se trataba de quien creía que era.
La pequeña que estaba jugando con sus compañeritos de clase a las escondidas, notó su presencia cuando estuvo a menos de dos metros, sus ojitos inmediatamente se entrecerraron y su nariz se arrugó como si olfateara algo desagradable.
—¿Que-qué quieres? —mejillas de malvavisco se cruzó de brazos.
—Moa...
—Mo-mo-moa no quiere verte y yo ta-tampoco —la niña giró dándole la espalda—. Ve-ve-vete.
Suzuka no había puesto tanto esfuerzo en preparar esas galletas, para ni siquiera tener la oportunidad de hablar con Moa.
—No por favor —caminó para quedar de nuevo frente a la menor—. Quiero disculparme.
Yui analizó a la niña más alta de pies a cabeza, notó la sinceridad en sus palabras, sin embargo no iba a perdonarle tan fácil por hacer llorar a su mejor amiga.
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MAMÁ(S) ママ
FanficÉrase una vez un par de niñas que crecieron. Suzuka y Moa se conocen jugando en el parque, cuando aún son demasiado pequeñas para imaginar el adorable futuro que les espera. O la historia de cómo se desarrolla su relación a lo largo de lo años. «¡Ol...