MAMÁ(S) ママ

𝗦𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗮𝗰𝘁𝗼

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ADOLESCENCIA

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Las estaciones pasaron, se celebraron cumpleaños y la promesa que se hicieron dos pequeñas niñas se escondió en los más profundo de su mente, junto con el recuerdo de su primer beso.

—¿Cuál era la respuesta de la pregunta siete?

—Mmm... creo que menos doscientos cincuenta y seis —respondió Suzuka, saliendo del salón junto con sus amigas.

—¿Menos? —Ayami enarcó una ceja—. Estoy segura que no.

—¡Alto! —Aiko abrió los brazos para detenerlas en medio del pasillo—. ¿Entonces la respuesta no es cero?

—Oh, sabía que no debía copiar de ti —Annaisha rodó los ojos y se cruzó de brazos—. Sacaremos mala nota.

—Pues perdón por confundirme, no sabía que estabas copiando —su amiga le dio la espalda.

—Disculpa no aceptada.

—Entonces la próxima deberías estudiar.

—La próxima no pienso copiar de ti.

—Oigan, oigan, solo es una pregunta —intervino Ayami para calmarlas—. No fueron las únicas que se confundieron, Su también lo hizo —codeó a su compañera, pero ella estaba demasiado perdida observando el pasillo como para prestar atención a lo que sucedía cerca—. ¡Suzuka!

—¿Eh? —la chica respondió sin apartar su mirada de los otros estudiantes—. No escuché.

—Dije que...

—Olvídalo —interrumpió Aiko—. Está en modo Moa, el resto de los mortales hemos dejado de existir.

—¿Modo Moa? —Suzuka sintió como toda la sangre se le acumulaba en las mejillas.

¿Desde cuándo existía un "modo" para el momento en que se encontraba esperando a su otra amiga? Además, también estaba esperando a Yui.

—Significa que te olvidarás de nosotras apenas ella llegue —aclaró Annaisha.

—Eso no...

—Y en tres, dos, uno... —Aiko señaló las escaleras.

Cumpliendo con la predicción, Moa apareció abriéndose paso entre los estudiantes que bajaban para almorzar, sus grandes ojos se cruzaron con los de Suzuka y su característica sonrisa se dibujó solo para ella.

Desde el punto de vista de la mayor, el mundo se puso en cámara lenta al ver a Moa llegar a su piso.

—Hola, Su-chan; hola, Aiko, Annaisha y Ayami —su kohai agitó la mano pasando a saludar rápido—. Adiós, Su-chan; adiós, Aiko, Annaisha y Ayami —continuó subiendo las escaleras.

Suzuka la acompañó con la mirada hasta que desapareció de su campo de visión.

—Eso no es normal —Annaisha miró con extrañeza la ruta que había seguido la menor—. ¿A dónde irá?

Suzuka se estaba preguntando lo mismo.

—Tal vez huye de alguien —supuso Aiko.

—Tal huye de Yui.

—Oh miren, justo ahí viene —indicó Ayaka—. Hay que preguntarle.

Mizuno Yui llegó al piso de último año completamente exhausta. Tenía una misión, encontrar a su amiga e irse lo más pronto de ahí; en teoría era algo sencillo, pero en cuanto vio que tres chicas la esperaban con unas sonrisas que producían escalofríos y que Suzuka parecía estar entretenida analizando cada escalera, como si esperase que estas le dijeran algo, supo que no la tendría tan fácil.