XX

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Namjoon se sentía agotado tanto física como mentalmente, las ultimas tres semanas las pasó encerrado en el trabajo como una forma de evadirse de su realidad asfixiante.

Sabia que lo estaba haciendo mal, pero no podía hacer nada contra eso. Seung se sentía como una responsabilidad, pero lastimosamente no era nada mas que eso, su día a día era una "To do list" donde se levantaba, listo, ducha, listo, ¿desayunar?, tal vez mas tarde, enviar un mensaje a Seung, trabajar, almorzar, trabajar, seguir trabajando, enviar otro mensaje para comprobar a Seung, volver al trabajar y después dormir para volver a empezar otra vez al día siguiente, 

Incluso tenia una alarma para que le recordara enviar ese mensaje comprobando el estado de la chica. Había llegado a sentir lastima por ella, porque si no fuera por eso, no lo recordaría. En cambio se la pasaba pensando todo el día en otra persona, no podía sacarlo de su cabeza, cada vez que escribía la "J" en su teclado, cuando pasaba por fuera de su cafetería favorita, cuando simplemente respiraba, Namjoon estaba pensando todo el día en Seokjin, incluso mientras trabajaba y trataba de distraer su mente, era como si su cerebro tuviera una función de doble tarea y en una pantalla escribiera códigos binarios mientras la otra solo pasaba imágenes del castaño.

Namjoon sentía que se ahogaba cada vez que desbloqueaba su teléfono y lo saludaba la imagen de ambos sonriendo a la cámara, con rostros brillantes, ignorantes de su futuro. No había sido capaz de cambiar el fondo de pantalla y tampoco creía tener el valor para hacerlo pronto.

Esa mañana él solo estaba firmando para aprobar un presupuesto cuando la sonrisa de su cuñado se hizo presente en su mente y cuando quiso ver el papel de nuevo, con letra clara estaba escrito "Seokjin". Simplemente arrugó la hoja tan rápido como le fue posible y se excusó con que el lápiz había soltado demasiada tinta, obligando a Hyung Woo a imprimir un nuevo documento.

Lo peor de todo es que Jin estaba tan cerca de él pero a la misma vez tan lejos. El castaño había querido renunciar pero Hoseok lo convenció de lo contrario, no tenía porque encontrarse con Namjoon, si él necesitaba su firma para cualquier cosa, era Jungkook o Hyung Woo quien se encargaba de hacer llegar cualquier documento hacia él. Así que pasaba el día luchando contra las ganas de bajar un piso y tomar a Seokjin entre sus brazos para no soltarlo más.

No pudo evitar tomar su teléfono e ir a la galería de imágenes a ver otra vez las fotos de su chico. Admitía que era un masoquista, ¿pero quién podría culparlo? Se detuvo en una foto en particular del día que volvieron a Corea, iban en el auto y Jin le pidió su teléfono para jugar pero terminó tomándose selfies donde se veía tan adorable, sus mejillas rosas, su nariz perfecta, sus ojos tiernos, su cabello castaño, Namjoon estaba loco de amor y no lo negaba.

Tres malditas semanas habían demorado sus suegros en planificar una nueva boda con la excusa de que Seung no quería casarse con el vientre tan crecido. Mañana Namjoon debía firmar un contrato con su infelicidad.

 Dejando caer su cabeza contra la madera del escritorio, golpeó su frente y dejó las lágrimas fluir. No entendía como no se había deshidratado a estas alturas.
Se sentía tan frustrado que comenzó a tirar de su cabello mientras lanzaba todo lo que se encontraba sobre la superficie del escritorio, incluyendo su laptop.

[💍]

Jungkook decidió por primera vez dejar trabajo pendiente para el siguiente día y es que cuando estaban desarrollando una nueva aplicación él no descansaba hasta verla funcionando a la perfección, llegando incluso a dormir en la oficina. Pero hoy se estaba retirando a las 8 p.m, lo que aún así era tarde para un día viernes cuando todos los demás se retiraban a las cuatro, pero era lo mejor que podía hacer.

Cuando pasaba fuera de la oficina de Namjoon escuchó el ruido de cosas cayendo al suelo y entró preocupado viendo a su amigo en un estado deplorable. Lloraba apretando los dientes, probablemente para no gritar debido a su frustración. En el suelo habían papeles, lápices, la calculadora, la laptop y sobre el escritorio solo permanecía el teléfono de Nam, intacto. Jungkook sintió tanta tristeza en ese momento, a sus ojos Namjoon era la mejor persona del mundo, inteligente, comprensivo, siempre saludaba a todos con una sonrisa y era amable con todos, desde el personal de aseo hasta el CEO de la multinacional más grande del país, fue Namjoon quien lo ayudó en la universidad, le confío su empresa, estuvo con él cuando falleció su padre, era como el hermano mayor que siempre quiso y le dolía verlo así porque sabía que merecía todo lo bueno que el mundo pudiera brindarle.

 
Sin pedir permiso entró en la oficina y se aferró a la espalda de Namjoon abrazándolo. Soltó algunas lágrimas sintiendo el dolor ajeno.
El peligris se volteó y se aferró a la camisa del menor, llorando en su hombro. Suavemente Jungkook lo llevó al sofá que se encontraba dentro de la oficina y lo recostó, dejándolo usar sus piernas como almohada. Acariciaba su cabello en silencio mientras sólo lo dejaba llorar.

-Kookie, no quiero, no quiero, no quiero - Era lo único que repetía una y otra vez hasta que las palabras se convirtieron en un murmullo, dejando simplemente los suspiros después del llanto.

El menor observó cómo una cabeza castaña se asomaba por la puerta y decidió salir un momento.

-Hyung voy por café, vuelvo enseguida.

[💍]

Jin había estado escuchando como Jungkook consolaba a Namjoon y sintió envidia de no ser él quien lo abrazaba. Cuando no se escuchó nada más que silencio se asomó y el menor lo descubrió.

 
Con pasos lentos e indecisos entró en la oficina cuando Jungkook se fue con la clara invitación para que hablara con el peligris.

Namjoon simplemente lo observó notando como no se veía mejor que él, ambos tenían ojeras, la piel pálida y podría apostar que habían perdido algunos kilos. Cambió su posición en el sofá sentándose derecho y Jin tomó lugar a su lado, separados por algunos centímetros.

-¿Recuerdas el día que saliste corriendo al hospital?

Jin negó jugando con sus dedos sobre su regazo.

-Me dijiste "te amo" y me diste un beso rápido para después salir corriendo, no alcancé a decirlo de vuelta, no pude besarte en condiciones y ese pensamiento me persigue cada día Jin.

-Nam - su voz se quebró con sólo decir su nombre - Seung a pesar de ser caprichosa es una buena chica, por favor intenta ser feliz, tendrás un niño hermoso, quizás tenga tu preciosa sonrisa. Sólo quiero que seas feliz. Inténtalo ¿Si? Por mi.

-Jin no puedo.

Las lágrimas volvieron a hacerse presente, pero esta vez eran dos los que lloraban. Sin poder evitarlo Jin paso sus delgados dedos por el rostro de Namjoon, delineando todas sus facciones por última vez. El menor sólo cerró los ojos disfrutando del tacto. Era increíble como una caricia podía transmitirle paz y dolor al mismo tiempo. Cuando sintió que Jin iba a alejar su mano, la tomó y volvió a acercarla a su rostro, descansando su mejilla en ésta.

Lentamente fueron acercándose hasta que rozaron su nariz una con la otra. Se miraron a los ojos y no pudieron evitar juntar sus labios.

Ellos habían compartido besos lentos, románticos, apasionados, rápidos, tiernos, húmedos, pero nunca habían compartido un beso como éste, lleno de dolor y tristeza con el sabor de sus lágrimas. Era como el último deseo antes de cumplir con su sentencia de muerte, era su último beso.

-Adios Namjoonie - Dándole un beso en la frente, Jin se levantó y salió justo en el momento que Jungkook volvía.

Marry me -NAMJIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora