XXII

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Hoseok estaba perdiendo la paciencia. Desde que Namjoon subió al auto había  estado apresurandolo. Obligándolo a exceder el límite de velocidad.

Obviamente Hoseok era demasiado responsable e iba a unos seguros 40 km/h en una zona donde el límite eran 60.

Namjoon se quedó callado cuando Hoseok le preguntó "amablemente" si prefería esperar un taxi. Pero en lugar de hablar, movía su pierna rápidamente con nerviosismo hasta que lo tomó del muslo fuertemente sacandole una queja de dolor.

-Namjoon, son 45 minutos de camino, quédate tranquilo que me pones nervioso.

Y como la cara enojada de Hoseok daba verdadero miedo, Namjoon prefirió guardar silencio, armando en su mente distintos escenarios, cada uno mas catastrófico, como Jin abandonando la ciudad o volviendo con su ex. Cualquier cosa podía salir mal, después de todo lo que había hecho Seung y su padre, Namjoon ya no ponía en duda nada.

[💍]

Jin estaba en su departamento lamentándose, mirando el reloj y suponiendo que la ceremonia civil ya se había llevado a cabo y ahora los novios estarían brindando o en su primer baile. No había tenido el valor de quedarse, no podía.

Esa mañana se levantó cuando la luz del día atravesó su ventana avisándole que había amanecido y el no durmió en toda la noche, otra vez.

Como si su verdadero ser estuviera fuera de su cuerpo y él fuera solo el cascaron recibiendo ordenes, se bañó, trató de cubrir sus ojeras y se puso su traje azul oscuro tratando de no observar como sus costillas se hacían notorias a través de la piel. ¿Cuando comió por ultima vez? Tal vez fue el almuerzo de ayer, no lo recordaba, tampoco iba a pretender tratar de desayunar cuando sentía que podría vomitar en cualquier momento.

Una vez en el lugar donde se llevaría a cabo la boda fue arrastrado hacia un estilista para peinarlo y maquillarlo un poco, ya que estaria adelante. Era el padrino de bodas, quien le entregaría los anillos al novio, esos anillos que representaban que la union era un circulo infinito donde no había un fin.

No podía, simplemente no podía. Estaba a un segundo de tomar a Namjoon de la mano y correr con él, vivir en otro país, olvidar todo. Lo peor de todo es que sabia que podía hacerlo, solo necesitaba una palabra, una mirada y el tendría al novio abrazándolo susurrándole que ambos se pertenecían. Solo bastaba que Namjoon lo viera derramar una lágrima para que corriera a su lado y lo protegería del mundo. Pero había un niño en el medio que no tenia la culpa, que merecía tener un padre asombroso.

Cuando Yoongi entró a ver como andaban las cosas con Jin, lo vió con las manos temblando y la mirada pérdida. Sólo basto que pusiera una mano en su hombro para que el castaño se rompiera murmurando que dolía, le dolía mucho, traspasaba lo emocional, era algo físico. Con un poco de resistencia lo sacó del lugar, alegando que quedarse a ver eso era masoquismo puro.

Ahora estaba sentado en el suelo en una esquina de la habitación, porque sentía que la cama, el sofá, todo le recordaba a Namjoon. Aun vestía su traje solo que sin la corbata y con la camisa arrugada por fuera del pantalón. Estaba ahogándose en su miseria, con la mirada en un punto fijo y la mente en blanco, ya no habían lagrimas, no quedaban. Solo estaba sentado esperando a que el dolor disminuyera, a que una a una llegaran las cinco fases del duelo y con un poco de esperanza poder superarlas.

Unos golpes repetitivos lo sacaron de su estado catatónico, pero no abriría, quien estaba afuera podría esperar ahí toda su vida porque él estaba muy ocupado compadeciéndose de si mismo.


[💍]

Cuando Hoseok se detuvo frente al edificio de Seokjin, Nam ni siquiera se despidió, simplemente salió corriendo y sin esperar el ascensor subió por las escaleras de dos en dos.

Marry me -NAMJIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora