Prólogo

21 0 0
                                    


Eran las nueve de la mañana cuando acababa de levantarme.

Me duché, me peiné, me vestí bien y me miré en el espejo por unos minutos mientras pensaba el porqué habría cortado tal amistad con una persona a la que amo y amé; con quien era feliz y hasta se podría decir, que aunque solo se viera como una amiga, para mí fuera desde el todo hasta el nada.

Acto seguido, un ensordecedor ruido cegó mis pensamientos, haciendo que así, cayera al suelo intentado tapar mis oídos para que no sufriera el mismo ruido de siempre,

la sirena de emergencia.

Editado por: Ministerio Internacional
de Ayuda Contra Catástrofes Sociopolíticas

La historia sin nombreWhere stories live. Discover now