| Capitulo 3|

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Tomé con un poco de inseguridad el papel, en realidad tenía mucho miedo y confusión. No podía asimilar lo que había hecho hasta hace poco. Lo abrí y noté que la persona que había asesinado a James, había escrito esto, ya que esta notita tenía la misma caligrafía que la carta de la mañana. 

'¡Hola querida! No sabes lo emocionado que estuve cuando mataste a  esa chica. Creí que no tenías suficientes ovarios pero me hace feliz saber que sí los cargas. Por cierto, bienvenida al mundo de los asesinos. Te traje unas cositas para ocultar tu identidad por un rato. Obvia que esto no servirá de mucho, pero ekis tu póntelo. Espero vernos pronto. Te amo'

¿Qué mierda acabo de leer?  ¿Obvia? ¿Ekis? Ay no mames.
Subí rápido por las escaleras mientras hacía bolita el pedazo de papel y lo guardaba en el bolsillo de mi chaqueta. Entré a mi habitación y saqué una maleta de equipaje no muy grande color naranja. Me gustan los colores cálidos aunque no se note. Abrí su cierre y la coloqué en mi cama, me acerqué a mi tocador y saqué toda la ropa que tenía guardándola en la maleta. Blusas, calzones, pijamas... Metí de todo, incluso guardé una foto de mis padres y yo antes del incendio. La cerré y tomé otra mochila color rosa y bajé con ellas a la cocina.

Abrí las alacenas y comencé a vaciar toda mi comida dentro de la bolsa rosada. Comida enlatada, algunas bolsas pequeñas de cereales, malvaviscos, atunes... Todo lo que no necesitara refrigeración iba directo a mi mochila. Cuando ya estaba lo suficiente llena de provisiones, la cerré y la coloqué encima de mi comedor. De ahí mismo tomé un cuchillo con un mango color azul rey y me corté el cabello lo más cerca de mi nuca. Siempre quise tener el cabello súper corto, pero mi trabajo me lo impedía. Ahora era libre. 

Con ese mismo cuchillo, me acerqué a un sofá color dorado, y corté el forro de la parte de atrás, dejando caer algunas pistolas, municiones y cartuchos. Tomé 3 pistolas 9mm, dos de ellas las recargué y guardé en el cinturón que llevaba. La otra la metí directo en la maleta donde llevaba ropa. Las balas las metí en la parte de atrás de la maleta, ahí no se podían calentar ni nada por el estilo. 

Dispuesta a irme, revisé el interior de la caja, y encontré una peluca negra, una máscara de porcelana con lindos detalles negros en los ojos y labios, unos guantes igual negros, un vestido negro y ¡ah! tenía detalles blancos. No es que no me gustase el color negro, pero repito, prefiero mil veces los colores cálidos. 
Me coloqué solamente los guantes, lo demás lo guardé en mi maleta. 

Salí con mis cosas y abrí el garaje, arrastré con mis manos mi motocicleta hacia afuera, ya que era más rápido que encenderla, y la dejé recargada en la banqueta. Vi varios galones de gasolina que tenía acomodados en filas, estos los usaba para rellenar el tanque de mi transporte y ahorrarme el ir a una gasolinera. Abrí con cuidado las garrafas para no mancharme la ropa, y comencé a regar mi casita por todos lados de aquel material de olor fuerte. 
Me terminé exactamente 2 galones y medio. 

Salí de mi casa con el galón a la mitad destapado, mientras sostenía con la boca firmemente unos cuantos cerillos. Ni loca quería morir quemada. Al salir, derramé un poco por el suelo, e intenté no pisar ahí. Contemplé un poco mi hogar, pero un grito me hizo colocar los pies en la tierra. 

—¡Detente Arkensaw! —volteé a ver y era uno de mis compañeros. La verdad no sabía su nombre, supongo que era un rango inferior, así como todas las personas— Quiero que dejes tus armas en el suelo, ¿de acuerdo? 

Su voz se notaba temblorosa y me apuntaba con un arma. Otros 3 policías estaban con el. Eran caras nuevas a decir verdad, ya que no sabía quienes eran. 

I'M SORRY *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora