Desde la era del mito hasta la actualidad, se ha escuchado hablar de seres sorprendentes de belleza sin igual y de una sabiduría abismal, a esos seres los llaman dioses. Esta vez vengo a contar mi historia, una que parece mentira, pero es tan real como el mismo presente. Hoy vengo a contarles como conocí a un dios apodado "El Cuervo".***
Como cada viernes me toca salir tarde del bar donde trabajo, el Luxur es el sito de bebidas más asediado de la ciudad, y por lo tanto, no hay fin de semana que no se llene. Ya casi llegando al edificio donde vivo, siento que alguien está detrás de mí, dentro del bolsillo de mi chaqueta estoy empuñando mis llaves, listas para usarlas por si mis sospechas son ciertas. Escucho que son dos personas, pues están haciendo diferentes sonidos para que yo voltee, sin embargo, hago caso omiso de ello y sigo caminando. Los graznidos de un cuervo es todo que se oye luego de que esos tipos dejan de silbar. Uno de ellos toma mi hombro con fuerza para voltearme, yo con el mismo impulso lo corto con mis llaves en la cara.
-¡Me has cortado, puta! ¡Me las pagarás! -El más alto trata de sostenerme, pero yo le doy un pisotón para luego darle un codazo en la garganta, que es lo más alto que pude darle.
El que he cortado con las llaves me mira con rabia y saca de su bolsillo una especie de navaja extraña, y se abalanza hacia mí, en el poco espacio que me queda, retrocedo un poco para que el idiota no me apuñale. Sin embargo, logra rasgar parte de mi chaqueta y mi blusa. Aún más rabioso, el hombre intenta volver hacerlo, más una voz que denota una petrificante calma, lo detiene.
-Yo no haría eso si fuera tú -dice la voz masculina mientras sale de la oscuridad que lo cubre, arrojando su cigarrillo al suelo-. Suelta esa daga y vete. Evita que te mate aquí mismo
-El que debería irse eres tú, puede salir tu cara bonita desfigurada si te sigues metiendo en lo que no te importa. -El idiota de la navaja ríe, queriendo burlarse del hombre de voz grave, pero no le dura mucho la risa.
El hombre que hasta ahora noto, viste de negro, y en dos zancadas llega hasta él, toma su brazo, lo parte cual galleta y lo toma por su cuello mientras grita de dolor.
-Te dije que te mataría aquí mismo -sisea mientras lo eleva unos cuantos centímetros del suelo, con una sola mano. Puedo notar que lleva un tatuaje con unos símbolos que no entiendo, y de estos, a su vez, se desprende una luz mientras aprieta más el cuello del hombre.
Yo sigo petrificada viendo como el imbécil que quiso asaltarme golpea fuerte el brazo del hombre, sin embargo, no le hace ningún daño. No recuerdo en qué momento le ha quitado el arma al otro tipo, pero esa misma arma la empuña con su otra mano tatuada que se encuentra igual de iluminada y lo apuñala en el pecho, haciendo que el hombre grite y que en cuestión de segundos desaparezca vuelto polvo. Sin poderlo creer me pego contra la pared del edificio, tapando mi boca para evitar gritar.
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Antología Mitológica Seducción Inmortal.
RomantikDesde el inicio de los tiempos, diferentes culturas han idolatrado a seres supremos, dándole la potestad de dioses al imaginarlos poseedores de un poder sin igual. Dioses cuyos reinos eran inalcanzables para cualquier mortal, y para otros, inverosím...