III

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Lira

¿Procura no gritar tanto? ¿Es en serio?

Oh, Dios, acabo de firmar mi sentencia de muerte. Me había dicho a mi misma que era mejor no provocarlo y...

¡¡¡ESO ERA LO QUE ESTABA HACIENDO!!!

No puedo creerlo, ni siquiera se me había ocurrido preguntar sobre con quien colindaba mi habitación porque no me había importado hasta ahora; no creo que él sea una mala persona, pero su actitud hacia mi en serio me había molestado, y si me trataba así no tenia porque quedarme callada.

Pero creo que no debí de haber dicho eso de todos modos y mejor haber tenido un perfil bajo con este chico que después de haberle dicho eso me miraba más que molesto; ya no podía disculparme y de cierta forma aunque pudiera no lo haría.

Pero simplemente me miro realmente molesto, entro en su habitación y cerró la puerta de un portazo.

-Rayos, yo también pienso que seremos buenos vecinos -le dije, tome una de las cajas que estaba afuera y corrí dentro de la habitación antes de que él pensara en salir a decirme algo.

¡Diablos, Lira! No puedes ir provocando a la gente así nadamás y deje la caja en el suelo, la habitación era pequeña, pero con el suficiente espacio para arreglar todos los muebles que tenía.

Bien, empezaría a por eso.

Estaba arreglando los muebles cuando la mano empezó a dolerle, parecía que si se había lastimado, pero podía soportarlo, no le gustaba ver un desorden en su habitación y es por ello que necesitaba arreglar al menos la mayoría para dejar todo listo y llegar con las chicas al comedor como habíamos quedado, pero realmente me dolía mucho el brazo y me era casi imposible el hecho de acomodarlos a mi manera y me estaba retrasando por eso.

Decidí esperar un poco y me senté en un cojín que estaba en el piso, me dolía demasiado la mano, y había estado tan distraída en la charla con las chicas que no había ido a la enfermería a que me revisaran.

-Si que soy una tonta -dije para mi misma.

Me levante con cuidado de no mover la mano y salí por otra caja que necesitaba, al hacerlo, me encontré con Bakugou saliendo de su habitación, creo que no tendría de otra más que pedirle ayuda, pero él la vio, rodó los ojos y le dio la espalda, dispuesto a irse.

-Oye, emm... ¿me podrías ayudar? -le pregunté sin rodeos.

-Piérdete -dijo molesto.

-Por favor, es que no puedo, me duele mucho mi mano -dije.

-No es mi problema -dijo mirándome de reojo.

Y empezó a caminar, alejándose de ella, bueno, después de las primeras palabras que habían cruzado era normal que se rehusara a ayudarla, aparte, no tenía porque, resignada empecé a tomar la primera caja que encontré en el suelo, creí que no estaba tan pesado, pero era todo lo contrario y un dolor inmenso me recorrió el brazo hasta llegarme a la columna.

-¡Ay! -exclamé y solté accidentalmente la caja.

Pero antes de que tocara el piso, alguien la tomó, levante la mirada y me di cuenta de que era Bakugou, giro a verme con el ceño fruncido y una mueca de disgusto de lado.

-Ni siquiera cuidarte puedes, ¿verdad? -dijo más que molesto- ¿Fuiste a la enfermería después de la práctica?

-¿Eh...? No -dije sorprendida, no creí que me iba a ayudar, pero realmente me había hecho sentir muy bien que lo hiciera.

-Tsk -gruñó- ¿vas a abrir la puerta o la derribo yo?

Sonreí de lado mientras abría la puerta y él entraba a mi habitación.

Jodete ||Bakugou Katsuki||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora