Él era algo tan sagrado, tan difícil de remplazar.
Enamorarme de él fue como caer en desgracia, todo envuelto en uno, él era tantos pecados y tantas bendiciones.
Habría hecho cualquier cosa, todo por él y si me lo preguntan. Lo volveria a hacer.
¿...
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Desperte alrededor de las cuatro de la madrugada, antes de que mi despertador lo hiciera, gracias a los relámpagos que se escuchaban afuera.
Me levanté de la cama y fui hacia el ventanal grande que tengo al costado de esta, abri las cortinas un poco y asi poder ver la lluvia caer sobre las calles, el amanecer se hacia presente entre la tormenta.
Fui al baño para hacer mis necesidades y luego ir a desayunar.
Mientras hacia todo solo rogaba que la tromenta no cesara, de lo contrario tendria que ir a la universidad y ver a Hyunjin, con el cual no he hablado desde el sábado, antes de que me abandonara para irse algún lado, claramente más importante que el que su novia llegue a salvo a su casa.
Me envió mensajes todo el fin de semana, pero lo ignore, aún seguia molesta con él.
Llegue a la cocina, saque mi cereal y fui a la sala para sentarme a mirar la televisión mientras comia. En eso siento como sucede lo que temia, la lluvia se escuchaba cada vez menos, llegando a ser inaudible.
Rezongué tirando mi cabeza para atrás, como siempre nada me sale bien.
Volví a mi cuarto para tomar un baño y cambiarme. Ya en la ducha decidí que seria bueno relajarme, y con más razón si iria a discutir con Hyunjin dentro de unas horas.
El agua caliente caia por mi cuerpo aflojando todos mis músculos y relajando todos mis sentidos. Tome la esponja de baño, y el jabón corporal, empecé a pasarlo por todo mi cuerpo y no sé que me llevo a recordar lo que habia pasado ese dia al volver de la fiesta, pero mi mente me llevo a ese momento cuando Changbin, mi principe azul de una noche, me proporciono un placer único que nunca antes nadie me habia logrado provocar.
Iba recordando su aliento cerca de mis labios, ese exquisito olor a menta que chocaba contra mi boca, sus frias manos tocando mis piernas, su voz gruesa y aspera, sus enormes brazos que me abrazaron contra la pared e inconscientemente deje escapar un gemido, esto me saco de mi fantasia.
Salí de la ducha, ya veo que se me hará tarde por estar fantaseando con un chico que pobablemente no vuelva a ver.
Luego de todo ese transcurso, tome mis cosas, baje al garaje para sacar mi auto y dirigirme a la universidad.
Ya en los pasillos de la dichosa institución, me encamine a mi locker para dejar los libros que aún no iba a ocupar y sacar los que si.
— Buenos días a la más bella de todas...— rode los ojos, llego más rapido de lo que calculé aparecería hoy.
Cerre mi locker y me fui, ignorandolo por completo.
— Oye, dejame explicarte...— decia Hyunjin mientras me seguia el paso.
— Ahorratelo.
Continue mi camino sin prestarle atención a su presencia, pero él fue más rapido y se puso frente a mi al segundo que me descuide para detener mi andar.
