Prólogo

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¡ALERTA DE SPOILER! Ésta historia incluye la dinámica de viajes en el tiempo. Tendrá sus momentos en la actualidad y en 1890. Disfrútenla.



En medio de la melancolía y la desesperación, Amelia Durhaan se mete en el garaje de su padre en búsqueda de pistas sobre su desaparición. Todo era un desastre de papeles y piezas mecánicas dispersas en el suelo, en donde destacaba uno de los relojes de su familia; con anhelo y lágrimas en sus ojos, Amelia lo tomó y abrazo pensando en su padre. Cerró los ojos dejando escapar agua de ellos, al abrirlos con la vista borrosa, recordó las palabras que le había dicho su madre antes de partir.

"Si alguna vez hay una emergencia y necesitas ayuda, úsalos. En el fondo de la caja están las instrucciones".

Una emergencia... Amelia se levantó del suelo, corrió a la mesa donde yacía la caja abierta, quitó el fondo y allí estaba, una pequeña hoja amarilla doblada. Como pudo, con la mano libre abrió la hoja de dichas instrucciones. ¿Instrucciones para qué? Seguía sin entender, pero decidió prestarle atención a lo que tenía escrito:

1. Abre el reloj la tapa del reloj,

2. Pon la hora girando la cuerda hasta el año que desee,

3. Al soltar la cuerda, solo viajarás.

Sin esperanzas ni sentido, le hizo caso a su intuición y a su madre, respetando las instrucciones. 

Todo se desvaneció.

Tenía los ojos abiertos pero su vista estaba negra, sentía la garganta cerrada y su cabeza daba vueltas. Pasaron segundos en los que el miedo la inundó y donde creyó que perdería el conocimiento; cuando de la nada, golpeo el suelo con fuerza, y de repente había mucha luz. El aire volvió y poco a poco abrió sus ojos del todo. Amelia notó que estaba en el suelo. Acaricio el césped debajo de ella y sintió su olor, sin entender cómo podía haberse quedado dormida afuera de su casa. ¿Acaso había fumado?, ¿Todo fue un sueño? Su cabeza zumbaba y dolía, asomando una fuerte migraña.

Se enderezó y levanto la vista, sin poder ver su casa. ¿Dónde estaba?, ¿Y su casa?, ¿Abría caminado dormida? Eso no era común en ella. Volteo hacía todos lados, no había nada ni nadie, solo árboles y campos verdes. 

A unos metros de distancia pudo divisar un trozo de madera clavado en el suelo. La chica se incorporó, vio el reloj tirado cerca de donde ella había despertado. Seguían sin funcionar. Lo tomó y guardo en el bolsillo de su sudadera. Tanteo sus jeans y buscó su teléfono. Intentó desbloquearlo, pero este no encendía. Se había quedado sin batería. No podía ser este un momento más oportuno. Guardo su teléfono nuevamente en sus jeans y avanzo por un camino de tierra.

Sin saber que hacer o como pedir ayuda, se acercó al trozo de madera clavado en el suelo. Quizás tendría la dirección de una gasolinera donde pedir ayuda. Amelia no podía distinguir lo que decía, entrecerró sus ojos y esforzó su vista intentando ver con más claridad, "Bienvenidos al pueblo de Avonlea".

Its Time | Gilbert Blythe (Anne with an E)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora