Capítulo 3

1.5K 147 111
                                    

Al día siguiente yo fui la primera en llegar. No vi a nadie en los alrededores así que decidí sentarme al pie del mismo árbol donde nos encontramos.

 -Sakura-chan- Una voz conocida venía de arriba del árbol.

 -K-kashi-sensei- dije sorprendida. Él bajó de un salto y me ofreció su mano una vez más.

 -Me alegra verte- dijo él y volvió a besarme. Esto parecía un sueño. 

-Espera Naruto y Sasuke pueden venir en cualquier momento y nos pueden ver!- dije preocupada.

 -Los mande a traernos comida a un restaurante lejos de aquí y les dije que sí no compraban todo en la lista que no volvieran- nos reímos.

Me puse seria 

-Sensei, ¿qué es lo que usted ve en mi? Usted es muy guapo, podría tener a la mujer que quiera.- dije tristemente y baje mi mirada.

 Él levantó mi mentón con su mano y volvió a besarme.

 -Me gustas tu- me dijo solamente. Mis mejillas se tiñeron de rojo y lo abrace con unas ganas que creo que le saque el aire con mi fuerza.

-Sensei, aunque tenga 15 años, puedo entender que entre nosotros no puede haber nada serio. Yo aun soy una niña y le causaría problemas con Tsunade-Shishou.- Mi mirada se tornó triste y él lo notó.

 -Sakura, te he estado mirando desde que fuiste asignada a mi equipo, no lo tomes a mal, al principio yo quería que fueras más fuerte y que te desarrollaras como kunoichi. Me has demostrado que logras lo que te propones, eres una mujercita hermosa y tu forma de ser es única y especial. Todo eso me llamó la atención y por eso te has ganado mi corazón.

Me quedé atónita con todo lo que me dijo. 

-Quiero estar contigo sensei, ¿pero cómo?- le pregunté.

 -Por el momento tendremos que mantener esto en secreto, si estas de acuerdo- me propuso. Yo acepte. 

No me quedaba otra opción. Tenía que aceptarlo, yo aún era una niña.
 
Mientras hablábamos de cosas banales aparecieron Naruto y Sasuke con cajas y bolsas llenas de comida como para alimentar a un ejército. 

-Sakura-chan, ¿hace cuánto tiempo estás aquí?- Naruto me miró asombrado mientras que Sasuke apenas me miró. Eso ya no me importaba. 

-Estoy aquí desde hace 5 minutos- mentí.

 -Muy bien, pongan la comida en esa banca. Ahora quiero que empiecen a practicar el lanzamiento de kunai en esos blancos. El primero que acierte al centro con 25 kunai puede venir a comer conmigo-  Los tres asentimos.

 Yo había estado practicando todos los días y para mi no fue un gran desafío. 

-20...21..22..23..24 y 25- Antes que mis compañeros logré terminar con lo que el sensei nos había pedido.

 -¡Sorprendente Sakura-chan!. Ven y siéntate conmigo- dijo Kakashi sonriendo. 

Mientras tanto mis otros compañeros apenas llevaban 10 o 12 kunai. Me senté a comer con Kakashi-sensei y no pude evitar sonrojarme cuando él me daba de comer con sus palillos. Él lo hacía parecer broma pero yo sabía que él estaba siendo lindo conmigo. 

Mis compañeros finalmente completaron el entrenamiento y asombrados se sentaron con nosotros a almorzar. 

-¿Desde cuándo eres tan buena en esto?- preguntó Sasuke. Era la primera vez que me dirigía la palabra en algún tiempo. 

-Todos los días practico- conteste indiferente. 

-Sakura-chan, tienes que enseñarme tu técnica- suplico Naruto.

 -Por supuesto- dije sonriendo.

 Todos comimos y nos disponíamos a irnos a nuestras casas cuando Kakashi-sensei me detuvo. 

-Espera Sakura-chan, quiero hablar contigo.

¿Que podrá ser?. Se habrá dado cuenta que seguir con esto es un error. ¿Querrá terminar todo antes de empezar?. Eran muchas preguntas que venían a mi cabeza. 

-Sí claro- fue lo único que dije. Mis compañeros se retiraron y nos dejaron solos.

-Sakura, ¿quisieras ir a cenar a mi apartamento hoy?

No me esperaba esa invitación tan repentina.

 -¿A qué se debe esta cena? ¿Está celebrando algo? ¿Es su cumpleaños?- Yo seguía con mis preguntas tontas.

 -No, solo quiero que estes conmigo- Sus palabras me hicieron sonrojar y abrazándolo le conteste.

-Ahí estaré.

Me fui a mi casa y me tire a la cama abrazando una almohada, esto debería ser un sueño pensaba. Ya no me sentía triste, más bien, me sentía muy feliz. Alguien se había fijado en mi. Alguien me quería. Aun así las dudas aparecían. ¿Estara jugando conmigo? ¿Se querrá aprovechar de mi? Pensar en esto último hacía que sintiera calor y que me sonrojara.

Casi era la hora de la cena con mi sensei y quería lucir bien. No me decidía entre un vestido rojo o unos jeans y una blusa. Me duché y al salir del baño me quedé mirando los dos atuendos y me decidí por el vestido. Me lo puse y decidí maquillarme un poco y ponerme un poco de perfume. 

Salí de mi casa y me dirigí al apartamento de mi sensei. Mi estómago se revolvía al pensar que íbamos a estar solos. Finalmente llegué y toqué la puerta. El me abrió y me hizo pasar. Yo entré y me quede admirando todo a mi alrededor. Su apartamento estaba lleno de fotos, de su antiguo equipo, supongo. 

-Sakura, me alegro de que vinieras. Te ves hermosa.

Solo esas palabras bastaron para que mi corazón se acelerara. Me sonroje y le regale una sonrisa. 

-La cena está lista- dijo él y me indico que me sentara a su lado mientras él servía la comida que él con mucho esmero había preparado. 

-Todo se ve delicioso, muchas gracias por invitarme- dije sonriendo. 

El agarró mi mano y la sostuvo cerca de su pecho, luego la acercó a sus labios cubiertos con su máscara y la beso.

-Gracias por venir y hacerme compañía- dijo él. 

Los dos comenzamos a comer. Todo estaba delicioso. Al terminar de comer nos pusimos a platicar acerca de todo y de nada. Descubrí que teníamos mucho en común. A pesar de que yo aún tenía solo 15 años era muy madura en comparación con otras chicas de mi edad.

 -Me gusta estar con usted, sensei- dije en voz alta, pensé que solo lo había pensado y me sonroje.

-Por favor, trátame de tú, me haces sentir viejo cuando me tratas de usted.

Yo siempre era tan correcta y respetuosa, tutearlo me iba a costar. El se acercaba cada vez más a mi y yo sentía que mi corazón iba a estallar. Se quitó la máscara y pude apreciar ese rostro tan perfecto una vez más.

 Creo que mi cara estaba caliente y roja por todas las emociones que él despertaba en mí. Él siguió acercándose a mi hasta que sin más, puso sus labios sobre los míos. Pero el beso no terminó ahí. El movía sus labios y finalmente introdujo su lengua en mi boca. El beso se tornaba más apasionado a cada instante. Yo aún tenía un poco de cordura antes de dar rienda suelta a mis deseos más profundos. Él se separo de mi. 

-Sakura, no quiero hacer algo que tu no quieras.

 Era una decisión difícil. Sabía que lo que estaba a punto de suceder, si no nos deteníamos, cambiaría todo y posiblemente traería muchas consecuencias. Por otro lado mis ganas de estar con él pudieron más que cualquier otra cosa. 

-Yo quiero esto- dije y luego me entregué a él. 

<°>Lollipop<°> [+21] (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora