capitulo 9

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Alison.
Un tipo se acercó a mi dándome un trago, rechacé su trago, después de ver a Taylor con esa suripanta, me hizo sentir algo extraño decidí no prestarle mucha atención y fui a bailar con Ricardo.

-Hola, mamacita –la voz de un hombre a mis espaldas me causó escalofríos, sus manos me tomaron por detrás acercándome a su cuerpo, me aleje rápido de él.

-Donde crees que vas rica -me voltee y estampe una abofeteada fuerte

-Ahora sí, zorra serás mía -dijo acorralándome contra la pared.

Mi corazón empezó a acelerarse tenía miedo, quería que alguien me ayudará, solté un grito de terror cuando sentí los dedos del asqueroso tipo, llevo su mano a uno de mis senos y con la otra sostenía mis muñecas me sentí tan inmóvil levante mi rodilla para golpear sus testículos, el hombre gruño y siguió tomándome, sentí lágrimas rodar mis mejillas, Ricardo pedía ayuda pero nadie ayudaba.

-Que la sueltes, imbécil –la voz de Taylor, al verlo me sentí segura, Taylor dio un fuerte golpe en la nariz del tipo asqueroso que lo hizo retroceder pero volvió lanzando un fuerte golpe en la costilla de Taylor la sangre empezó a empapar la camisa de Taylor, una muestra de dolor cruzo su rostro, mis nervios explotaron mas lagrimas recorrían mis mejillas, no quería que dañaran a Taylor.

-Sin la cuchilla no eres nadie hijo de puta-grito Taylor dándole una fuerte patada en el estómago, el hombre cayó al suelo, golpes y gritos resonaban en todo el lugar, tenía miedo, tenía miedo de que ese hombre le hiciera más daño a Taylor, pero él tenía el control, el hombre era alto y tenía un buen cuerpo pero no tenía la agilidad para esquivar golpes como lo hacía Taylor.

-Ya basta, ratas -grito un guarda de seguridad llevándose al hombre a empujones

-espera- grito Taylor -disculpa pero quería regresar tu nariz que se quedó atorada en mis nudillos -dijo- ella es mía -continuó golpeando de nuevo su rostro, el hombre sólo se limitó a retroceder y levantar los brazos en señal de rendición, Taylor se llevó las manos a su abdomen, y se quejó.

-Hora de irnos -dijo el pelinegro tomándome de la mano

-Espera un momento -dije, se detuvo y nuestras miradas se encontraron, sus ojos negros son tan atrayentes

-¿Que? -inquirió después de unos segundo

-No soy tuya -dije -no soy un tu mascota, no eres mi dueño que te pasa -continúe molesta.

Volvió a quejarse, me dio una sonrisa a medias, me tomo de la mano sacándome de aquel lugar.

-Pero serás mía, sube al auto –dijo mientras abría la puerta

-No iré a ningún lado contigo -dije cruzándome de brazos

-Que subas al puto auto de una vez -su grito me hizo sobresaltado un poco

-Ahora, sube al maldito auto -su rostro de furia fue sustituido por uno de dolor, recostó su espalda al auto y presionó su abdomen, estaba sangrando mucho

-Pero no vuelvas a gritarme y decir que soy tuya no soy un puto objeto- en tono más bajo le dije- además debes dejar que te cure-

-Necesito irme y no te dejare aquí -dijo con un tono más suave.

Subí al auto, abroche mi cinturón, era un silencio muy incómodo, lo único que se escuchaba eran los quejidos de Taylor, me preocupa, estaba sangrando mucho y todo por mi culpa.

-¿Te duele mucho? -pregunte, pero su repuesta no llegó, recosté mi cabeza a la ventana, la ciudad estaba llena de luces ya era muy tarde, hay muchas casa, tiendas y restaurantes estaban muy iluminados, nunca había visto algo así.

¿Necesito de ti o necesito de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora