🐁Capítulo 25🐁

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El Alfa azabache abrió la puerta con la mirada asesina. Bajó su mascarilla y paseó sus ojos de forma intermitente entre Sana y Jimin. 

Cuando los llorosos y abochornados ojos de Jimin contactaron con los suyos, su Omega interior lo propulsó hacia delante en un abrazo necesitado. Hundió su rostro en el torso del azabache y lo envolvió con cruda necesidad.

Le daba igual todo. Le daba igual verse patético o infántil. Ya no importaba haber molestado a Jungkook mientras tatuaba o si este lo odiaba a partir de entonces por ello, porque estaba asustado y dejó de pensar para cumplir sus necesidades básicas, para calmar su miedo con el único que le hacía falta. Sollozó contra su ropa, aspirando de vuelta su aroma a Alfa y tranquilizándose en el proceso. Eso era todo lo que importaba.

Sintió los brazos de Jungkook envolverlo tiempo después. También le pareció escuchar una pequeña conversación entre Sana y él, pero se sentía dentro de un tunel embriagado con Jungkook y el alcohol, y no pudo escuchar más que murmullos lejanos. Después, la chica se fue, y los brazos que lo envolvían viajaron a sus piernas para cargarlo lejos de allí.

A un lugar seguro.

Jungkook los llevó a una puerta al final del pasillo y la cerró tras él. El cliente le había permitido diez minutos de descanso, pero en aquellos momentos Jungkook sabía que aunque hubiera tenido de cliente al mismísimo líder de la mafia le habría importado una mierda hacerlo esperar de más.

Estaba enfadado.

Dejó a Jimin en el suelo y se encendió un cigarro. Luego, se sentó a su lado e inhaló hondo el humo. Lo único que podía escucharse allí dentro era el rumor lejano de la música y los sollozos mal contenidos del rubio. Jungkook apretó la mandíbula y aspiró otra calada.

Durante todo el tiempo que el cigarro se consumió en la boca del Alfa, Jimin fue encontrando poco a poco la calma. 

Secó sus mejillas con las mangas de su jersey y miró con vergüenza a sus pies.

-¿Estás enfadado?- fue todo lo que el Omega pudo alcanzar a preguntar con su voz distorsionada y lamentable. Le pesaba la lengua y tenía sueño.

El Alfa no contestó por varios segundos. Esperó a terminar su cigarro y lanzarlo por cualquier parte para hacerlo.

-Sí.

-Pero yo no tengo la culpa- gimió tembloroso en un hipido.

-No tienes la culpa de que existan hijos de puta, no lo haces. Pero sí la tienes por ir solo al baño, cuando te dije que este sitio era peligroso y que no te separaras de Taehyung- contestó con lentitud, forzándose a estar calmado.

-E-es que estaba triste- subió las rodillas a su pecho y hundió su rostro allí.

Tonto, tonto, tonto. Se repitió mentalmente.

-Estabas triste- el Alfa contestó con lentitud.

-Quería verte y... Sabía que Taehyung no me dejaría. M-me escapé. Lo siento, no sabía lo que podría pasar.

Jungkook inhaló hondo.

-¿Ni si quiera se te ocurrió pensar todo lo que podría salir mal? ¿En serio, Jimin?

El rubio le lanzó una mirada molesta y enfurruñada.

-Ese hombre dijo que sabía dónde estabas. N-no sabía que era mentira hasta que me di cuenta. ¡Y-yo no me habría dejado engañar por un desconocido porque sí! No soy tonto.

-A veces no sé qué pensar.

Ese fue el momento en que todo se detuvo.

Que Jungkook hablara desde el enfado nunca había sido una buena idea, porque en caliente se decían muchas cosas que realmente no se sentían, pero que Jimin estuviera más sensible de lo normal y borracho no ayudó. Sus ojos se clavaron atónitos en los de Jungkook. Quiso creer que lo miraba con reproche, pero todo lo que sus irises reflejaron fue miedo. El Alfa no le devolvió la mirada, y su pecho se apretó en un tirón horrible y doloroso.

Paper Hearts ❥ Kookmin Omegaverse {Paper Hearts I}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora