Capítulo 9 | Juego

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Massimo torriceli

Nos encontramos en París, Amelia que se  encontraba ami lado miraba las, tiendas pero parecía que nada llamaba su atención, habíamos pasado un mes completo  viajando  a diferentes lugares está mujer iba enloquecerme, no sabía porque el viaje, ella no decía nada, solo sonría y  tomaba aviones al alzar .

descubrí que su obsecion por los zapatos y los diamantes, era más grande de lo que pensé la mayoría de sus compras son de zapatos y diamantes yo me he encargado de  comprarle  vestidos porque ella no tenía nada de interés en ellos además de lencería eso le interesa bastante .

ella solo se diviertia viajando,relajándose pero no soy estúpido ella no confía en mi era como si solo me permitiera estar a su lado para vigilar me o más bien jugar conmigo .

También comprendía que era la calma antes de la guerra sentía que en cualquier momento ella me dispararía o apuñalaria por la espalda .

Ella no estába preocupada por su prima, como yo lo había pensado, todo lo contrario estaba dejando a su prima ganar terreno, como ver a un payaso dando vueltas y vueltas, hasta que te entrega lo suficiente y lo despidas.

Ja hay una  solo persona que no me atrevo a subestimar es a esta mujer que te sonríe como si fuera el ángel más inocente, mi padre decia "grandes o pequeños los salvatore todos pasan por el infierno para ganarse su apellido, si no pasan nunca pueden llamarse salvatore si no morirán decapitados, y en esa familia las mujeres son las que los portan esa apellido como unos buenos zapatos " mi padre no se equivocaba el reinado de las mujeres en salvatore puede aplastar el de los hombres, pues ellas son más despiadadas.

Esperaba que ella preguntara por laura pero no lo hizo,ella estaba tan calmada que me ponía de los nervios y joder malditas sea que me encantaba pensar que idea retorcida se había formado en su cabeza.

Domenico estaba llamando como loco desde secilia,parece que Nacho encontró nuevos patrocinadores, ohh esto se está poniendo cada vez más divertido.

Amelia de repente se detuvo y tomó mi mano y me llevó a una tienda, la vi acercarse a un escaparate donde estaban unas bailarinas  de tacon parecían los zapatos de una muñeca.

ella las tomó, y se inclino dándome una vista espectacular de su tracero , mire como los pocos hombres de la tiendan la miraban, y como no las también las mujeres, ella tenía un aura hechizante,  que hacia, que posaras tus ojos en ella inconscientemente , que estuvieras pendiente de todos y cada uno de sus movimientos es como si desde que la vieras no pudieras olvidarla, como si se convirtiera en la cosa más interesante de todas.

me acerque a ella, y tome las bailarinas para ponérselas, ella miró mi cara seria y se río, otra cosa que entendí era que ella era extremadamente traviesa,le encantaban los juegos, ella se enderexo y tumbo al suelo todo lo que había en la mesa escaparate dio un pequeño salto y se sentó en ella su vestido se subió un poco dando las vistas de sus hermosos muslos, ella movía las piernas como si una niña pequeña fuera.

Amelia :me ayudas - ella hizo un pequeño puchero y tiro todo su cabello hacia tras.

Mire alrededor y una de las vendedoras, se acercaba sonrojada y un hombre que parecía el gerente se arreglaba disimuladamente su corbata .

Vendedora : señorita no pued- Amelia no la dejo terminar levanto un extremo de su vestido aun más para arriba  mostrando casi los extremos de su fina lencería mire las correas en sus muslos,y  escuches los jadeos alrededor,ella solo soltó una pequeña carcajada traviesa, poso sus manos en su entre muslo y hay había una discreta billetera de donde sacó una tarjeta negra,  ella la tomó jalo la pequeña corbata de la vendedora la acercó hacia su misma y le puso la tarjeta en un bolsillo de su camisa mire el pecho de la vendedora el cual subía y bajaba cada ves más rápido mientras miraba los labios de Amelia como si estuviera hipnotizada.

Amelia : no tienes que preocuparte tanto cariño solo debes poner amo cuenta lo que se arruine, las chicas deben sonreír más sabes - mire Amelia y sentí que podía perfectamente arrastrarla a unos de los camerinos y follarla hasta que no sienta sus piernas esta mujer es un demonio de la seducción.

Aleje a la pequeña vendedora mientras está seguía aturdida me acerque hacia amelia mientras está se sentaba recta en la mesa destacando aún más su maravillosa figura, ella sonrió, estiro una de sus piernas hasta que su tacon tuvo uno de mis muslos di un pequeño sobresalto y tome su pie ella sonrió aún más hizo un pequeño puchero y batió las pestañas

Amelia : me ayudas a probarme los zapatos siento que quedan mejor con mi vestido no lo  crees, incluso combina hasta sin el vestido.

Dicho esto ella hizo aún lado un pequeño trozo de su vestido mostrando la lencería color negro.

Ohh este juego me gusta cada vez más amelia carrigton se ajusta completamente ami apetito.

Yo pasé mi mano en el área donde sus tacones se sujetaban, quite la pequeña cerradura, deje caer el tacon al suelo, tome las que ella había elegido se las puse mientras mi mano acariciaba de arriba a abajo sus piernas, le puse ambos zapatos me posee entre sus piernas mis manos acariciaban sus muslos con el pretexto de arreglar su vestido, la acerque hacia mi posando mi mano en su cintura quería que ella chocará con mi entrepierna y sintiera lo que provocó.

me acerque a ella al punto que nuestras respiraciones se entrelazan mientras mi mano seguía subiendo, ella respiro profundo mientras sus ojos se oscurecian ese color en sus ojos es algo que no olvidaré en mucho tiempo  tan voraz Como el fuego,  o una tormenta rodeaba de rayos salvajes no pueden describir esa locura en su miraba

OBSECION ~Massimo torriceliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora