3.1

5.3K 490 52
                                    

*Se recomienda leer el Índice

Un día en la memoria

Kongpob tenía una motocicleta. Era una motocicleta modesta, mediana, y con la pintura negra un poco gastada dado que ya no era nueva. Esta era la misma que había estado usando desde el comienzo de la secundaria. 

Su madre le sugirió cientos de veces que lo mejor era que condujera su automóvil en lugar de dejarlo en casa de sus padres. Pero Kongpob prefirió su motocicleta vieja, creyendo que esa era la opción más cómoda y conveniente. Así no tendría que perder minutos valiosos buscando un espacio donde estacionarse, tendría más flexibilidad para llegar a diferentes lugares que en automóvil le serian imposibles, y como punto más fuerte, era el medio de transporte que usaba todos los días. 

Él realmente apreciaba su motocicleta. Y ese día también la usaría para ir a la universidad. 

En realidad, ese era ya su segundo viaje de ida y vuelta desde su edificio al campus universitario, todo por haber olvidado parte de su trabajo final sobre el escritorio de su habitación. Viéndose obligado a regresar a buscarlo.

El tiempo estaba agotándose, y la única solución que Kongpob encontró fue acelerar la velocidad a la que iba, esperando con ello no llegar tan retrasado a la entrega. Pero como el destino al parecer ese día estaba en su contra, tuvo que detenerse de nuevo gracias a un atasco.

La fila de automóviles era larga, tanto que Kongpob redujo casi por completo su velocidad, pasando lento junto al accidente en el carril adjunto. Viendo con frustración los pequeños espacios entre los carriles de la avenida, suficientemente grandes para que él y su motocicleta se hicieran camino entre los automóviles detenidos. 

Una solución que hubiese tomado si no temiera ser detenido por los oficiales rondando el accidente. Lo menos que Kongpob quería en ese momento era ser detenido, y obtener una multa, además de que tendría que olvidarse por completo de la posibilidad de llegar a tiempo a la facultad. Así que su cabeza comenzó a pensar con rapidez, contemplando todas sus opciones para que aquellos documentos estuvieran justo a la hora correcta frente al profesor de su clase. 

La respuesta llegó a él un poco después, a la altura de una desviación. Un atajo que lo llevaría hasta el lado contrario del campus, pero qué, gracias a su motocicleta, seguramente podría atravesar aquella distancia en cinco minutos.

Kongpob se sentía nervioso. Sus manos habían comenzado a sudar, y su corazón a latir con fuerza, ya no sólo estaba yendo contra las reglas buscando cada espacio libre para avanzar, el tempo tampoco se detenía. Y para su mayor desgracia, justo cuando redujo la velocidad para doblar hacia la entrada del campus, su llanta detentara tuvo que pasar justamente sobre un clavo suelto. Kongpob se vio obligado a detener por completo su avance, desmontando su motocicleta para ver el daño, y maldiciendo en voz baja al ver el desperfecto.

Había sido demasiado descuidado. Pero el pasado ya no importaba. Entonces, ¿qué opciones tenia? ¿Dejar ahí su motocicleta y comenzar a correr hasta la facultad de ingeniería?

No. Aquello no era opción. Incluso si Kongpob se esforzara en correr aquella distancia no podría ser capaz de entregar su trabajo. Y por lo tanto, seguramente reprobaría.

Kongpob suspiró ante su desgracia.

Podía también darse por vencido, y tratar otro día de convencer al maestro de recibirle el proyecto, ir a comprar un nuevo neumático, y conseguir un lugar donde cambiarlo. Una opción bastante desalentadora, pero que sonaba más razonable que cualquier otra.

—¿Cual es el problema?

Aquella pregunta hizo que Kongpob levantara la mirada, abriendo sus ojos con asombro al ver a la persona frente a él, dándose la grata sorpresa de que fuera Arthit sobre su bicicleta.

SOTUS- Novela corta, especiales y extrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora