끝의 시작 (𝘗𝘳𝘪𝘯𝘤𝘪𝘱𝘪𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘧𝘪𝘯)

570 23 3
                                    

23 de septiembre

6:30 de la tarde

Busan ( Corea)

- Hermano eres tu??-. Dijo Mako bajando rápidamente por las escaleras al oír la puerta de su casa abrirse.

- Cuantas veces te he dicho que no me llames así, no soy tu hermano- Contestó fríamente el mayor sin ni siquiera levantar la cabeza.

-Lo siento- Musitó la menor cabizbaja volviendo a subir las escaleras.

- Espera!!! Por que no está limpia la casa.

- Que??....

-¡¡¡LO QUE ESCUCHASTE POR QUE NO LIMPIASTE LA CASA !!!

- Hoy n...no..no pude me dolía mucho la cabeza y... normalmente vienes más tarde así que pensé qu

- ¡¡PENSASTE QUE PODÍAS HACER LO QUE QUERÍAS EN MI CASA!!- Gritó el mayor dirigiéndose rápidamente hacia la pequeña que se encontraba petrificada en las escaleras, pero cuando vio que este se acercaba amenazante no dudó ningún segundo subir corriendo las escaleras a encerrarse en su habitación, pero en el trayecto está se tropieza dándole al mayor una buena ventaja para tomarla del tobillo y acorralar la en entre los escalones quedando encima de ella.

- Que... quieres, déjame ir- Se atrevió a articular la pequeña con miedo.

- Que que quiero no es obvio quiero que mueras, eres un estorbo para mí, no sirves para nada-Mako no tardó en sentir el fuerte olor de alcohol que desprendía del mayor, por un lado estaba acostumbrada a que su hermano adoptivo llevará una mala vida, por la mañana siempre se encontraba ausente y a media noche siempre llegaba borracho y no se cortaba en invitar a sus amigos, lo que provocaba desmadre en todo lo quedaba de esa casa, cubiertos rotos, ventanas, puertas, y botellas de alcohol chocando contra el suelo, lo único que salvaba a Mako era una pequeña habitación con llave en el piso de arriba en el que se encerraba durante toda la noche y por nada abría la puerta.

Al día siguiente tenía que recoger todo el desastre sin importar las veces que se cortará con los trozos de los vidrios en el suelo o el olor a alcohol y demás compuesto con lo que tenía que lidiar continuamente, era una vida llena de miseria y desgracia, pero la pequeña Mako no tenía otra opción, desde que tiene conciencia vive con su hermano mayor adoptivo Hyujin quien se dedicaba al tráfico de drogas y con el dinero que ganaba a pasaba las noche en lo clubes y prostíbulos tampoco se cortaba por consumir parte de la mercancía lo que seguramente lo meta en problemas, así que prácticamente se podía esperar de todo, vive en casa de un loco, sicópata, que...
En cualquier momento la podía matar sin piedad sin ser consciente de lo que ha hecho o... siéndolo no es la primera vez que el mayor le desea la muerte a la pequeña, y no necesitaba estar drogado ni borracho para eso.

- ¡Quita tus manos de encima idiota!- Consiguió pronunciar jadeando a causa del continuo dolor de la presión que ejercía el mayor aplastandola contra los escalones.

-¡¡Como te atreves perra!!-Eso y un pequeño zumbido agudo es lo que oyó la pequeña Mako después de que la mano del mayor chocará contra su mejilla haciéndola bajar un neblina espesa a su visión.

Rápidamente lo empujó lo más fuerte que pudo haciéndole un pequeño espacio por donde podía escapar de de debajo de él, y no lo desaprovecho.

Espera perra todavía no he acabado contigo! Dijo el mayor percatándose de como la pequeña que ya había avanzado dos escalones recibía una enorme ventaja, sin perder más el tiempo empezó a correr tras ella, pero Mako corría muy rápido aún teniendo un pie lastimado, escurría de entre su agarre no sabía cómo pero siempre conseguía escapar de él y eso lo cabreaba más.

Rápidamente abrió la puerta de su habitación, entro y la volvió ha cerrar no sin antes forcejear con la fuerza del mayor que se encontraba al otro lado impidiendo que está se cerrará, la pequeña Mako viéndose casi vencida empujó la puerta con su hombro, tanto que noto que este se trono, cerrando así la puerta y pillandole un dedo a Hyujin haciendo que este gritara muy dolorido.

-¡¡AHHHH!! Vio su ventaja y la aprovecho sin pensarlo dos veces llevo la llave que ya la tenía preparada en la mano y volteo dos veces el seguro de la puerta, así aliviada se apollo en la puerta y descendió, hasta llegar la suelo, jadeando por causa del cansancio y la adrenalina, todavía oyendo los jadeos del mayor que sin verlo sin duda supo que sujetaba sus dedos retorciéndose de dolor.

Sin sentirlo pronunció un inaudible.

- Te lo mereces.

-¡¡ESTA ME LA GUARDAS MAKO OÍSTE!!
¡¡ESTA...ME LA ...GUARDAS!! Dijo Hiunjin lleno de euforia y furia dando portazos a la puerta con su mano sana.

Mientras que la pequeña Mako solo apretaba más la llave en su mano, como si eso la ayudaba a estar más segura.

Al oír los pasos del mayor alejarse, le dió un pequeño beso a la llave que la había salvado innumerables veces.

- Eso estuvo cerca Mako.

La guardo en el cajón de su mesita y de inmediato entro al baño.

Su hombro ardía de dolor parecía que se lo había dislocado o algo pero no podía hacer nada, chequeo con la mirada su moflete, estaba rojo e inflado y le ardía, la esquina de su labio también estaba rota.

Se desvistió para bañarse quedando solo en ropa interior.

" Bueno no es nada comparado con lo demás" Pensó la pequeña observando su reflejo con una aura positiva, tenía todo el cuerpo lleno de moratones, en los brazos en las piernas, y la espalada marcada con rasguños, Hyujin la habían madreado con todo tipo de cosas desde su cinturón hasta botellas de vidrio dejando en ella graves heridas, lo único que lo salvaba era un botiquín de primeros auxilios debajo de la cama con lo que evitaba la infección de estas, lo demás lo dejaba a cargo de su sistema inmunológico.

"A quien quería engañar " Se contradijo en su cabeza, su piel pálida, su cuerpo delgado, sus piernas larga y desnutridas, su cabello largo, negro y desalb𝘯orotado.

"Parezco un fantasma" Suspiro desanimada y decidió no pensar más en eso, entro a la ducha dejando el agua caliente caer sobre su espalda, el agua calienta era una de las pocas cosas que quedaba en esta casa.

-Ashhhh.... Se quejó al sentir su cuerpo arder bajo el agua, esto era algo que le ocurría a menudo, con la adrenalina del momento apenas sentía dolor pero más tarde le quemaba todo el cuerpo.

Se terminó de bañar y se secó muy bien, no quería que le diera un resfriado lo pasaría muy mal sola, vistió lo único de cambio que tenía una camiseta de tirantes, por encima una sudadera negra que llegaba a encima de las rodillas hace demasiado frío es invierno e incluso está lloviendo.

Se percató de que caían muchas gotas del tejado, que lo soluciono poniendo cubos por debajo, se colocó la capucha, se puso unos calcetines blancos de Pucca que los tenía tanto cariño esperando que calentarán sus heladas piernas y se dispuso a dormir acurucandose en las sábanas, su cabeza ardía de dolor pero solo lo concilio cerrando los ojos buscando el sueño que rápidamente llego acompañado de la melodía de la tormenta que se escuchaba afuera y el continuo goteo en los cubos.

𝘏𝘰𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘴 𝘮𝘪 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘰 𝘧𝘪𝘤, 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘦𝘴 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘦 𝘺 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘦𝘯 𝘥𝘦 𝘷𝘰𝘵𝘢𝘳 𝘴𝘪 𝘦𝘴 𝘢𝘴𝘪.

𝘓𝘦𝘴 𝘱𝘪𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘢𝘯 𝘱𝘢𝘤𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘧𝘢𝘭𝘵𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘰𝘳𝘵𝘰𝘨𝘳𝘢𝘧𝘪𝘢 𝘺 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘪 𝘢𝘭 𝘱𝘳𝘪𝘯𝘤𝘪𝘱𝘪𝘰 𝘯𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘢 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘥𝘰, 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘴𝘦 𝘦𝘹𝘱𝘭𝘪𝘤𝘢𝘳𝘢.

 Jᴜᴇɢᴏ Dᴇʟ Dʀᴀɢᴏ́ɴ Cʜɪɴᴏ ☯︎. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora