합의 또는 합의( Acuerdo o convenio)

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24 de septiembre

Corea (Seul)

Hace 7 años

Unos golpes en la puerta me aturdieron.

- Un momento- Grité

- Señorita Maya?- Preguntó

- Si-

- Señorita Maya su papá le ha dado permiso para salir a la fiesta mientras que la recoja yo, también le compro un vestido está encima de la cama si es de su gusto lo puede vestir, si no hay más ropa en el clóset-

- De acuerdo, gracias- Respondo a Daeh Jung.

El hecho de no ver a mi padre y solo recibir noticias de él me recuerda cuando vivíamos en Japón, la mayor parte del tiempo ausente y lo único que podía saber de él es a través de sus amigos, pero cuando volvía celebrábamos juntos hacíamos juegos salíamos a pasear y nos divertíamos, mi padre nunca me hizo sentir que algo iba mal cuando él estaba, todo lo contrario supongo que es un tipo de don que tienen los padres, distorsionar la realidad, bueno tu realidad.

Mis pensamientos fueron acaparando el tiempo y antes de que me percate ya era hora de darme prisa o si no llegaría tarde.

El vestido era muy hermoso por lo que no había forma de rechazarlo o ni que hubiera algo mejor que él, era negro un poco ajustado y llegaría aproximadamente por encima de las rodillas con un escote circular y la espalda un poco descubierta le acompañaban unos guantes hasta los codos, aún siendo muy bonito me parecía muy ostentoso como uno de esos vestidos con las que lucían famosas actrices en esas enormes galas, lo sostuve entre mis manos la tela daba impresión de que se desvanecía entre mis manos el suave tacto que hacía parecer como si sostuviera la nada verificando que costaba más de lo que debería llevar.

Lo vestí y me recogí el cabello en una coleta, lo sostuve en un lazo y me asegure de dejar el suficiente fleco fuera para disimular el moretón morado de la frente que ya se había desinflado, apenas me maquille tan solo lápiz labial rojo y algo de rubor en las mejillas, mi calzado era simple y negro casi sin altura, finalmente me puse por encima una rebeca por el frío y un bolso de igual color que todo negro.

Termine y me sobro incluso media hora, sabia que Jungbay era una exagerada, agarre el celular y le avise que ya había terminado y que si me dieron permiso, después bajé a por comida.

A medida que iba bajando las escaleras una voz familiar me detiene y me obliga a fijarla atención en ni más ni menos que mi padre, aún siendo familiar su voz me resultaba un poco extraña no acostumbraba escucharla en medio de tanto eco y ni tan alta.

Por alguna razón su presencia me tranquilizaba no por meramente ser mi padre si no que quizá estaba relacionado con lo que pasaba en Japón, si mi papá estaba eso quería decir que todo está bien, todo esta en orden, una sonrisa se dibuja en mi rostro al verlo parado en medio de la entrada con los brazos abiertos esperando rodear mi cuerpo con ellos.

- ¡Papá!- Grite y todo lo que me queda de escaleras por bajar lo descendí corriendo hasta chocarme contra su cuerpo y rodearlo en un abrazo,

- Ahh que le pasó a mí pequeña, parece que me extraña mucho ultamente- Dice sobándome la cabeza mientras la descansaba en su pecho, tengo 17 años.

La fragancia del perfume que lo caracterizaba tanto se abre paso entre mis fosas nasales

- No te he visto en tres días-

Tres dias!- Cuestionó- Pues si que es verdad que el tiempo pasa corriendo, pero no te apures papa tiene mucho trabajo últimamente, hoy tampoco volveré pronto no me esperes a cenar pero Dae Jung se ocupará de todo y estará pendiente de ti, ya lo conoces verdad?

 Jᴜᴇɢᴏ Dᴇʟ Dʀᴀɢᴏ́ɴ Cʜɪɴᴏ ☯︎. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora