Pt. 2

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El corazón de nicole palpitó muy fuerte al escuchar esa voz detrás de ella, ¿Qué era lo que hacía la profesora en la biblioteca a esa hora? Se supone que era hora de ir a casa-se preguntaba dentro de sí.

Y dígame nicole, ¿Todo en orden con las tareas? Inquirió la profesora mientras se sentó muy cerca de ella.

S-s-siii profesora, todo está en orden, ¿necesita algo?

Ohh no, para nada, solo nos asegurabamos de qué este todo en orden, respondió..

La profesora y nicole se dieron una mirada bien extraña, hubo un silencio que pondrían a cualquiera nervioso, luego del silencio, ambas rieron de manera pícara, nicole se quedó mirando los labios carnosos de la profesora como si quisiera besarlos, acto seguido, la profesora captó la mirada y la intención de ella, pero disimuló. La profesora preguntó: joven nicole, ¿mañana después de clase cree que pueda ayudarnos a mí y el grupo con la corrección de exámenes de final de semestre?

-Por supuesto maestra, ¿Aquí mismo, correcto?

Exacto, puede que tardemos mucho pero es algo que valdrá la pena al final.

Entiendo, muchas gracias por tenerme la confianza suficiente.

(No hay problemas jovencita, pase buenas noches, me retiro.

Igual, tenga muy buenas noches..

Luego de varios minutos de la profesora marcharse, Nicole se marchó de la biblioteca, eran alrededor de las 11:30 pm, ya debía marcharse o sus padres pensarían mal. Nicole iba todo el camino pensando en lo ocurrido, pensaba que estaba obsesionada con aquella profesora, ¿Qué díablos era lo que la volvía tan loca sobre ella? Ojalá un día pudiera saberlo.

Al llegar a su habitación, no encontró otro oficio que hacer, solamente tomó el baño antes de irse a dormir, después de todo, mañana pasaría más tiempo de cerca con aquella persona que tanto le gustaba. Este era un sentimiento que le provocaba muchos pensamientos; eso ocasionó que se tocara de, necesitaba liberar todo aquel estrés que tenía hace semanas, como si esto fuera poco, al pensar en el sueño de aquella tarde en clase, sentía que sus piernas se humedecían. Prontamente ella deslizó su mano derecha entre sus piernas para corroborar lo húmeda que estaban, su movimiento de mano era circular alrededor de su clitoris, con la mano restante solo le quedaba tocarse los pezones, ella gemía de placer, todas aquellas imágenes, recuerdos vividos de su cabeza, la llevaban a hacer lo que hacía, cada vez lo hacía más rápido, cada vez estaba más húmeda, sentía que viajaba a las estrellas, sus gemidos eran tan excitantes que hasta las paredes podrían llegar al clímax con ellos. Cada vez sentía que ascendía más a la cúspide, sus dedos se deslizaba en medio del fluido producto del placer. El solo pensar en aquella profesora besándola los pezones y bajando sutilmente por su abdomen la ponía más tensa.

Mi Amada Profesora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora