¡Brujo!

220 30 6
                                    

¡Brujo, brujo, brujo!

¿Por qué...?

¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Por qué a Tweek? ¿Por qué sus padres lo arrastraron a presenciar entre la muchedumbre la ejecución de la persona que había flechado su corazón?

¡Brujo, brujo, brujo!

¿Será por su personalidad nerviosa? ¿Por sus paranoias? ¿Por sus constantes espasmos causados por los nervios? ¿O será por aquellos extraños ojos bicolor, que combinaban el azul de la noche y el amarillo del sol?

¿Cuál habrá sido el detonante para acusarlo y juzgarlo ante Dios de brujería?

¡Brujo, brujo, brujo!

-Vamos Craig, se un hombre y observa con deleite el sufrimiento de aquel asqueroso demonio.- le ordenó su padre tomándolo de un hombro.

Craig se vio obligado a dejar ir sus pensamientos y abrir sus ojos, para así encarar a su progenitor.

-No es un "demonio", es un joven que está pagando las consecuencias de su ignorancia y de su amor enfermizo a Dio-.- fue callado debido a un fuerte golpe en la cabeza.

Acariciándose en el área lastimada, dirigió su mirada a la persona responsable del golpe.

-Es suficiente de tu pensamiento irracional.- respondió furiosa una mujer rubia, que respondía al nombre de Laura Tucker, la madre del chico -Será mejor que muerdas tu lengua venenosa o serás castigado al llegar a casa.- escupió con firmeza la mayor.

Craig miraba a sus dos padres, mientras éstos lo fulminaban con sus ojos filosos que reflejaban amenaza.

¡Brujo, brujo, brujo!

El muchacho suspiró y se forzó a mirar el escenario en donde el centro de atención era aquel chico que ocasionaba los latidos de su corazón.

-Tweek...- apenas y pudo pronunciar su nombre en un susurro.

Si sus gritos y súplicas ya estaban desgarrando su alma, presenciarlo con sus ojos era la gota que rebosaba el vaso.

Su cabello estaba más desordenado de lo normal. En sus ojos hinchados se reflejaba el miedo y la angustia. Sus mejillas estaban bañadas en lágrimas. Su vestimenta, brazos y piernas estaban manchados por barro, que le fue lanzado por la muchedumbre durante su desfile. Sus espasmos eran incesantes...

Y su coraje aumentaba al saber que él no podía hacer algo; algo para detener esta locura, algo para salvar a su amado de las garras de la muerte.

Pero no podía...

¡Brujo, brujo, brujo!

Sus ojos rojos desesperanzados dirigieron su mirada a la única persona que no exigía con furor su ejecución.

El corazón de Craig se quebró por completo al ver que la mirada de Tweek se posó sobre él.

Quería llorar a mares mientras le imploraba perdón a su amado por no salvarlo, por ser un cobarde...

Porque eso se consideraba; un maldito cobarde, incapaz de alzar la voz para salvar la vida de quien amaba.

Era igual o incluso peor que los monstruos que gozaban con el sufrimiento de Tweek, un chico que no ha hecho nada para merecer este castigo tan cruel...

El rubio, aún con sus constantes tics, no dejaba de mirar a aquel azabache, que le había robado su corazón. Sus cautivantes ojos verdes reflejaban la culpa.

-N-no... t-te culpes por nada...- murmuró débilmente.

¡Brujo, brujo, brujo!

-¡Hijo de Satanás! ¡Es hora de que vuelvas al abismo infernal! ¡Y que Dios sea testigo de que se ha hecho justicia!- recitaba el Padre Maxi en voz alta, ocasionando los gritos eufóricos del público.

El Padre acercó la antorcha a la madera de la hoguera para encenderla.

¡Brujo, brujo, brujo!

Una vez que el fuego avivó en la hoguera, Tweek cerró sus ojos y pronunció sus últimas palabras.

-Si pudiese abrir mis ojos nuevamente, desearía que tu rostro fuese lo primero que vieran...

Mientras los demás se regocijaban al escuchar los gritos de dolor de aquel "brujo", Craig Tucker, quien cerró sus ojos al momento de escuchar al blondo gritar, se ahogaba en su propio llanto mientras sentía su corazón quemarse hasta hacerse cenizas...

Como el cuerpo de Tweek.

¡Brujo, brujo, brujo!

-Perdóname... Honey...

Inmortal Heart || CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora