A la edad de cinco años, Tweek comenzó a tener cierto interés por las pinturas. Admiraba los cuadros que decoraban las paredes de su casa y también cuando iba a la casa de los señores Clyde y Barbara Donovan. Hacía muchas preguntas sobre el significado de aquellas pinturas, quiénes las hicieron y el porqué. Tanto su padre como Clyde se sorprendían por la alta curiosidad del infante y porque éste se veía muy interesado en aprender acerca del arte en las pinturas.
Craig y Clyde recordaban cómo de niños les interesaban los juegos y las travesuras más que el aprendizaje. A veces Donovan pensaba que esa fijación por parte del niño se debía a que Craig no solía sacarlo mucho al pueblo y, cuando lo hacía, no lo soltaba para nada. Pensaba que, si Craig lo sacara más seguido, Tweek podría disfrutar de las maravillas de mancharse de barro y tierra, trepar árboles, correr por todo el pueblo hasta ya no saber el camino de regreso a casa y perderse... Vivir aventuras como todo niño desea.
Cuando cumplió seis años, le fueron regalados diversos materiales para que él hiciera sus propias pinturas y dejara volar su imaginación.
Tweek no podía estar más emocionado y feliz.
A Craig le gustaba hacerlo feliz.
Sin embargo, al ser tan pequeño y sin ninguna experiencia, debía ser instruido. Barbara le hacía recomendaciones a Craig sobre diversas escuelas fuera del pueblo.
Aquella mujer, esposa de Clyde Donovan, había viajado mucho a lo largo de su infancia y juventud gracias a su padre, el cual era un negociante. Gracias a ello, Barbara adquirió conocimiento de diversas ciudades, las distintas historias detrás de ellas, ha conocido a muchas personas a lo largo de los años, y por ende, estaba fascinada de que un niño tan pequeño como Tweek estuviese interesado en aprender sobre algo tan bello como lo es el arte, más específicamente, la pintura. Así, empezó a hablar con Craig sobre el tema, haciéndole recomendaciones de escuelas prestigiosas las cuales tenían un área para aprender a pintar.
Craig, en aquella plática sobre su hijo, le había respondido que "lo iba a pensar", y varios días después, cuando cruzaron caminos, la mujer de cabellera rubia le había preguntado si ya había tomado una decisión.
Su respuesta la hizo alzar una ceja.
Han pasado ya tres años.
Tweek estaba centrado en su labor, cuidando de que no hubiese ninguna imperfección mientras iba trazando con el pincel de forma muy cuidadosa.
—¡Como se nota tu gran avance, Tweek!
El nombrado se dio la vuelta para mirar a su profesor, a quien le dedicó una penosa sonrisa —¿En verdad lo cree?
—¡Por supuesto! Y mientras más practiques, más aumentarán las probabilidades de que seas un gran pintor en el futuro.— le comentó el mayor con una amplia sonrisa mientras veía lo que había dibujado el menor —Y dime, ¿quién es ella?— le preguntó, señalando a la pintura.
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Inmortal Heart || Creek
SonstigesSiglo XVII. Al escuchar los gritos de desesperación y agonía provenientes de la persona que amas, es la peor tortura que puedes experimentar, puedes observar su sufrir sin siquiera verlo directamente. Esa misma tortura la estaba experimentando Craig...