Capítulo 2.

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Tomo otra respiración profunda antes de tomar todo y guardarlo, había tenido un día muy agotador pero aun debía de guardar energías para la clase de Pole dance, tomaba algunas clases hace un par de años el baile me gustaba ya que era algo que se manejaba de manera libre y natural, podría decir que ya era toda una bailarina experta en ese tipo de baile.

Luego de guardar todo salí de la boutique ya que había terminado mi jornada gracias a dios Rita colaboró hoy, suponía que le habían dado un ultimátum.

Había pensado unos segundos si tomar un taxi pero mejor ahorraría el dinero y caminaría, la clase no estaba tan lejos estaba a unas cuantas calles de aquí.

Caminando saqué mi móvil de mi bolso, empecé a revisar mis notificaciones nada importante la verdad es que solo me dedicaba a el trabajo y a mi abuela no tenia muchos amigos, distraída siento que chocó con alguien mi móvil casi se me resbala de las manos pero logre tener equilibrio de nuevo.

—Lo siento, de verdad lo siento—Esa voz se me hacia muy conocida, miro a la persona que esta de frente.

—¡Martín!—Dije con sorpresa, le Sonreí.

—¡¿Laurenth?!—Dijo mi nombre igual de sorprendido—Tanto tiempo—Me miro un poco extrañado.

—Lo mismo digo de ti—Seguía sonriendole conocí a Martín en la preparatoria se había convertido en un gran amigo en aquellos tiempos luego cuando crecimos cambiamos de rumbo y dejamos de vernos llegando a la conclusión de que cada quien estaba en lo suyo.

—¿Como estas?¿Que es de tu vida?—Pregunto con mucha curiosidad, lo mire detalladamente y ya no era aquel niño de lentes ahora era todo un hombre muy elegante, vestía de traje, era muy guapo cabellos rubios caían en su frente, sus ojos verdes me miraron detalladamente se sabia que iba al gimnasio tenia pequeña musculatura.

—Solo trabajo—Dije simple—En una boutique—Agregué, el sonrió simpático.

—Vaya, me alegro de que pudieras estudiar diseño como siempre quisiste—Comentó, desde que era niña siempre había querido ser diseñadora y a el siempre se lo había comentado.

—Gracias, ¿Y tu?¿Que estas haciendo ahora?—Pregunté curiosa.

—Pues tengo mi propia empresa—Lo mire con sorpresa—Ahora manejo los que eran negocios de mi padre—Concluyo.

—Eso es excelente, me alegro mucho por ti—Dije con sinceridad y el me sonrió con agradecimiento.

—¿Quieres venir a tomar un café? Por aquí hay una cafetería cerca—Propuso y me acorde de mi clase.

—Lo siento Martín pero es que ya tengo planes ¿Puede ser otro día?—Jamas perdía una clase.

Martín asintió y luego saco de un bolsillo de su traje una tarjeta—Este es mi número, por si algún día te apetece—Me na tendió y yo la tomé.

—Seguro—Asentí—Debo irme se me hace tarde, adiós Martín—Me despedí y di vuelta sin esperar respuesta.

—Adiós Laurenth—Escuche lejano.

Luego de caminar las calles al fin llegue a mi clase, había llegado un poco tarde pero no afectaba mucho ya sabia la rutina y pude seguirla sin problema.

(...)

—¡Barbara!—Llame desde la salida.

—Aquí estoy—Frente a mi estaba una chica de cabello rojizo, ojos verdes y figura esbelta, a veces llegaba a envidiarla de buena manera.

Barbara era mi amiga la conocí en la universidad, nos hicimos amigas el primer día, ella llego a mi como una bomba explosiva, su comportamiento es alegre y extrovertido en cambio yo era todo lo contrario seria y reservada me describía así, eramos como el agua y el aceita pero a pesar de todo congeniábamos muy bien tanto que tomábamos clases de pole dance juntas.

—¿Te llevo?—Preguntó sacando las llaves de su auto.

—No, ya sabes lo que pienso de eso, no quiero ser una molestia—Dije segura.

—¡Por dios Laurenth! sabes que a mi no me molesta a demás ya es muy tarde y no estaría tranquila si dejó que tomes el metro y no saber si llegaste bien a tu casa—Suplicó, lo pensé un poco la verdad estaba muy agotada y no tenia ganas de caminar hasta el metro.

—Bueno esta bien, pero no se hará costumbre pronto me podre comprar mi auto—Mencioné dando la vuelta para caminar la calle, Barbara dio un salto de alegría.

—¡Felicidades! Se que has trabajado muy duro, estoy orgullosa de ti—Me abrazo por detrás y luego se separo colocándose a un lado.

—Gracias—Mire la calle y vi un hombre muy familiar frente a un callejón se parecía a Dante pero no estaba segura ya que estaba de espaldas—En serio...—Deje de hablar cuando se dio la vuelta y confirme que era él.

No estaba solo, tenia a varios hombres a sus lados parecen ser guardaespaldas todos eran gigantones incluyendo a Dante, el hablaba por teléfono luego dejo de hacerlo y hablo con uno de sus hombres como si estuviera dando ordenes y caminaron adentrándose al callejón.

—¡LAURENTH!—Me grito Bárbara en el oído, me tape el oído de inmediato—Estabas perdida, ¿Que tanto mirabas?—Preguntó, volví a mirar haciendo el callejón pero ya los hombres ni Dante estaban era como si se fueran esfumado.

—Nada—Dije y seguí caminando, todo eso fue muy raro, Barbara volvió a colocarse a mi lado y caminamos hacia el auto.

—¿Segura?—Dijo y nos miramos por unos segundos, luego asenti abrí la puerta del coche y subí a este, Bárbara hizo lo mismo.

—Paul me esta engañando con otra mujer—Soltó de golpe, encendió el auto y empezó a manejar.

—Espera, ¡¿Qué?!—Dije con sorpresa, hasta donde se esa parejita era la mas unida y amorosa que había visto en mi vida.

—Así es—Confirmo—Ya casi no hablamos, nunca esta en su casa—Se le rompió la voz.

—Barbi ¿Le has comentado eso? No creo que te este engañando el te ama mucho—Cada vez que Paul veía a Barbará le brillaban los ojos y para mi era casí imposible ver que Paul la haya engañado.

—Ayer fui a su casa a hablar con el,  salio un mujer de su apartamento—Empezó a llorar, me dolía verla así.

—¿Estas segura?—Ella asintió en respuesta—¿Y si es alguna amiga? Puede que el tenga un explicación.

—No Laurenth, luego de eso no hay explicación alguna y menos si esa mujer tenía puesto de ropa solo la camisa de Paul—Barbara tenia mucha rabia y rencor, estaba rota.

—Barbi, de veras lo siento—Toque su hombro sobandolo—Te mereces alguien mejor que él, mirate eres hermosa con un cuerpo espectacular y no solo eso inteligente con una personalidad encantadora dime ¿Quién no moriría por esta pelirroja?—Rió un poco y se seco las lágrimas.

—Es verdad, pero aun así duele—Confeso.

—Lo se, pero poco a poco lo superarás ya llegara alguien mejor—Le Sonreí, quito su vista de la carretera para luego mirarme y corresponderme la sonrisa.

—Gracias—Dijo con cariño.

—Sabes que siempre voy a estar para ti—Barbi se convirtió en alguien muy importante para mi.

—Y yo para ti, cariño—Dijo con una sonrisa.

Después de un largo rato Barbara me dejo en casa, estaba muy agotada la clase de pole dance había sido muy fuerte hoy.

—Cariño, ¿vas a ver la novela hoy?—Pregunto la abuela.

—Hoy no abu, solo quiero dormir hoy ha sido un día muy agotador, buenas noches te quiero—Dije subiendo las escaleras hasta llegar a mi habitación.

—Yo igual hija—Escuche lejos.

Nada mas de llegar a la cama, me dormí y caí en un profundo sueño.

N/A: Lamento la tardanza queridos lectores es que he estado muy enferma todos estos días pero ya estoy mejor y estaré actualizando muchos capítulos esta semana de recompensa, besos.


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