Capítulo 9.

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—¿Que tal estuvo el café con tu amigo?—Escuche.

—¡JODER!—Grite y me levante de golpe de la cama asustada, encendí el interruptor y todo se ilumino. Dante estaba sentado en una silla que estaba junto a la cama.—¡¿ESTAS LOCO?!—Le grite exaltada pero no se inmutó, tenia una postura impasible, relajado.

—No has respondido a mi pregunta—Dijo con tranquilidad.

—¡¿Que haces tu aquí?!—Dante miro hacia otro lado.

—Es de mala educación responder con otra pregunta—Volvió a mirarme.

—¡¿Es de mala educación?!—Me exalte con enojo—¡Mala educación es entrar en la casa de alguien sin ser invitado y esperarlo en su habitación sin pedir permiso!

—No cambies la conversación, Laurenth—Dijo, Dante parecía no importarle ni un poco la remota idea de haber entrado a mi casa sin idea de como lo hizo y estar en mi habitación—Cuando hago una pregunta me gusta que la respondan—Dijo.

—No pienso responder a tu maldita pregunta, ahora vete de mi casa—Abrí la puerta de mi habitación esperando que Dante se levantara y se fuera pero ese momento no llego—¡Vete Dante!

—No hasta que respondas mi pregunta—Afinco sus manos en sus rodillas, dios se veía malditamente sexy pero estaba molesta y no podía dejarme llevar por sus encantos ¡Concentrate!

—Dante, una cosa es que me estés protegiendo, otra es que te metas en mi vida invadiendo mi privacidad—Me molestaba que el no le importara nada de lo que estaba diciendo. Dante no se levantó seguía muy relajado en la silla—Así que te pido amablemente que te vayas—Pedí tajante pero no hubo movimiento de él—Te espero abajo—Suspire un poco cansada de este tema.

Solo caminé dos pasos fuera de la habitación cuando Dante tomo de mi brazo y me halo hacia el, escuche como cerro la puerta de golpe para finalmente acorralarme contra ella, luego tomó mis manos y las colocó arriba de mi cabeza así quedando a su merced.

—¡SUELTAME!—Exigí tratando de soltarme.

—No pequeña, aún no—Mi corazón empezó a acelerarse cuando su nariz empezó a jugar con el lóbulo de mi oreja.

—Dante...—Dije muy bajo—Sueltame... y vete de mi casa...—Casi no podía hablar, no reconocía mi voz, mi piel se erizo.

—Solo respóndeme la pregunta—Siguió con sus caricias, bajo una de sus manos para ponerla en mi cadera y apretarla contra él. Con tan solo ese movimiento me sentí tan pérdida.

Cerré mis ojos y trate de reponerme, me removí un poco para tratar de soltarme pero eso solo hizo que me pegara mucho mas a él y hundió su rostro en mi cuello ¡Dios! Empecé a sentir una presión en mi vientre muy placentera.

Sentí una fuerte exhalación y mí corazón latía muy rápido podía creer que moriría de un infarto.

—Responde—Ordeno con voz ronca mientras me torturaba con sus caricias en mi cuello.

—Estuvo...bien—Alcance a decir, estaba muy perdida.

—¿Es solo tu amigo?—Pregunto y deposito un beso en mí cuello, sabia que el me estaba controlando como el quisiera podría poseerme aquí mismo, ahora, pero también sabia que yo por mas que quisiera no podía impedirlo ya que me sentía fascinada con él.

—Si...—Dije muy bajo y sentí como depositaba otro beso en mi cuello tuve que contener un gemido, esto tenia que parar, pero no puedo, la sensación están caliente y tan adictiva que me deja estática, mi cuerpo en voluntad propia trato de removerse nuevamente.

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