Última llamada para los pasajeros del vuelo Bogotá-Buenos Aires, embarquen por puerta 34.
Cojo la maleta decidida y empiezo a andar. Será la primera vez que piso Australia y eso es lo único que me anima ya que muero de sueño.
─ ¡Samantha! ¡Date prisa! ¿¡No ves que se irá el avión sin nosotros?! ─ empiezo a correr ya que mis papás están muy por delante y puedo perder el vuelo.
Entregamos los pasaportes y nos dirigimos al exterior hasta encontrarnos con el inmenso aeroplano. Subo las escaleras poco a poco mientras mi papá lleva mi mochila.
─ ¿Mamá, que asientos nos tocan? ─ voy primera así que necesito saber nuestro lugar en el avión.
─ Mmh... El 9, 10 y 11 A.
─ Perfecto ─ me dirijo a la hilera que nos corresponde y me siento al lado de la ventana para poder distraerme durante el largo viaje.
Mi mamá me entrega el libro "The fault in our starts" que acabo de comprar en la librería del aeropuerto y me paso las 6 horas leyéndolo o escuchando música.
Las azafatas nos advierten del aterrizaje y yo aprovecho para guardar mi libro.
En nada el avión ya esta en tierra y nos disponemos a salir.
Pasamos a buscar las maletas facturadas y nos dirigimos a la zona de ocio.─ Son las 10 de la mañana, vamos a comer algo que en dos horas tenemos que despegar de nuevo.
Entramos en una pizzería y nos sentamos en una de las mesas.
─ Samantha vamos al baño, quédate aquí y vigila nuestras cosas.
─ Okey mamá.
Me acomodo en una silla y cojo la carta del menú. Una pareja se sienta en la mesa de la derecha y empieza a besarse de una forma apasionada. Odio estas situaciones, solo me recuerdan que mi único amigo es mi primo y que sigo sola, sin nadie donde buscar cobijo.
─ ¡Bienvenida! ¿Qué va a consumir? ─ me giro i veo a un hombre de unos 30 años uniformado.
─ ¿Me trae una pizza cuatro quesos y un "Nestea"?
─ Ahora mismo.
Mis papás llegan y comemos mientras comentamos que lugares visitaremos en Sidney.
Al terminar, rápidamente, nos dirigimos hacia la pista para subir al siguiente avión que nos llevará hasta nuestra destinación. En él, nos sentamos en nuestros puestos y al momento caigo rendida en un sueño que no recuerdo.
Me despierto y me indigno al saber que aún nos quedan 5 horas de viaje.Bajamos y noto una sensación extraña, pero no le presto ninguna atención y sigo andando hasta la zona de facturación.
Al colocar un pie en la sala, siento como me cuesta respirar y no puedo hablar.─ ¿Samantha? ¿Estás bien? ─ escucho la voz de mi mamá e intento buscarla, miro a mi alrededor, pero no logro verla. Intento hablar, gritar, pero todo es en vano. Me duele la cabeza y siento como todo mi cuerpo se desprende, intento levantarme, todo me pesa y no veo absolutamente nada.
De repente, noto mis ojos, los párpados me pesan y logro ver algo de luz. Escucho voces pero no entiendo nada de lo que dicen, son como sonidos.
FLASHBACK
─ ¿Sabes? Eres muy especial.
─ ¿Por qué Mamá?
─ Eres lo único que tengo y fuiste mi milagro, no sufras por mí.
FIN DEL FLASHBACK
Mi cuerpo se levanta de golpe y empiezo a percibir una luz blanca.
─ ¡Ha despertado! ¡Samantha! ─ son voces conocidas.