8 años después...
Con el paso del tiempo Fabrizio y yo fuimos adquiriendo flexibilidad, resistencia, rotación, precisión entre otras otras cosas bueno después de ocho años de experiencia quien no iba a adquirir las capacidades necesarias para bailar bien bueno aún que conozco a varios bailarines que llevan años dentro de la rama y no mejoran tan solo un poquito, siento que es por que algunos son obligados por sus padres a asistir a las clases ya que ellos también perecieron al mundo artístico y quieren que ellos también lo hagan, bueno y siendo sinceros se nace con el talento para después mejorarlo con la práctica así que por más formación que tengas si no tienes el entusiasmo de hacerlo o el talento no vas a mejorar. Hubo muchas personas que quisieron derrumbar todo lo que hemos echo pero el señor Gabriel siempre nos defendió, por el fuimos a diferentes presentaciones dándonos los mejores lugares de las presentaciones, también conocimos a muchas personas importantes de todo el mundo las cuales muchas querían que trabajaramos para ellos dando ofertas económicas bastante atractivas pero eso significaba dejar a mi familia y las grandes amistades que he tenido aquí en Francia, tampoco dejaría al Señor Gabriel ya que nos ha dado todo.
Cinco años después me pidieron que diera clases a niños pequeños lo cual me pareció una pésima idea ya que tengo un pánico escénico horrible, no me gusta que todo el público me mire solo a mi, hubo varias presentaciones en las cuales yo me desvanecía en el piso por miedo a salir y en mi primera gala orine mis pantalones, el echo de sentir la mirada de varios niños, Fabrizio siempre me daba un abrazo antes de entrar, podía sentir su piel rosar con la mía llegando a escuchar su corazón latir en mi oreja, eso me hacía sentir muy seguro, siempre he sido chaparro así que llegaba mi cabeza un poco arriba de su pecho, después de eso me empujaba al salón cerrandome la puerta para que no pudiera salir; tome mucho cariño con mi primer grupo sentía esa conexión grande ya que son muy hiperactivos y imaginativos, veían el mundo como yo lo veía, a Fabrizio gracias a su seguridad le daban grupos grandes con personas masumenos de nuestra edad, al principio se le dificultó por que no podía hablar y era algo difícil comunicarse con ellos pero con el tiempo se fueron adaptando a su discapacidad.
La mañana de hoy es algo lluviosa y mi garganta estaba algo irritada, era viernes así que ninguno de mis hermanos llegaba hoy a casa así que me quedaré solo con mi madre, es increíble como después de 8 años sigue teniendo el mismo cuerpo, trabajar y cuidar a 9 niños no es nada fácil pero se las arregló, ahora sigue midiendo su cintura sesenta y todos sus hijos tienen carrera universitaria, hizo un gran trabajo con ellos yo siendo el último, me falta poco terminar mis estudios he ir a la universidad.
-Angelo baja ya para desayunar ya me muero de hambre y no comeré sola en la sala, hice tu desayuno favorito cereal, bueno mi especialidad y lo más rápido- dijo mamá entre risas.
A ella jamás le gustó cocinar así que hacía lo que podía con comidas no tan complicadas o Alicia cocinaba ( mi hermana australiana) ya que tiene un gran don para el arte culinaria, baje tan rápido como pude por las escaleras de madera brillante que tanto me gustaban, bueno la mayoría de la casa era de una estructura de madera y eso me fascinaba, ambos comimos escuchando la radio como todos los viernes por la mañana, terminamos nuestros alimento y la miré con un miedo inexplicable.
-¿Pasa algo pequeño- pregunto angustiada acariciando mi brazo con una mirada que me hacía sentir un poco más seguro, iluminando con su belleza mi corazón.
- ¿Como sabías que amabas lo que hacías o amabas a quien deberías amar?- Pregunte casi ahogandome en mi propia preocupación.
- Solo lo sabes, sientes esa emoción que te hace desbordar de felicidad, sientes ese cosquilleo en el estómago, los minutos se convierten en segundos frente a lo que tanto anhelas y eso lo comprobé cuando mis padres me obligaron a estudiar finanzas cuando yo no quería, terminando la carrera salí de casa y prendí fuego a mi título universitario por que sabía que eso no me iba a servir de nada en la vida si no era lo que mi corazón necesitaba, después fui muy feliz siendo asistente de un gran empresario y viajando por todo el mundo pero mi mayor tesoro son mis hijos siendo mi corazón repartido en cada uno de ustedes.
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la vida de angelo Nakamura
Pertualanganun niño que nace entre 8 hermanos trata de hacer un artista entre un mundo fuera de lo ordinario