la vida de angelo Nakamura

solo quería recuerdos

Un año atrás

El día de hoy estando en la escuela con el mismo aburrimiento de cada clase la maestra se ha acercado a mi para indicarme que de lectura a las indicaciones del manual de practica el cual me pare con unos nervios gigantes y lamentablemente nadie me podía ayudar esta vez, Fabrizio estudiaba en una escuela diferente a la mía y ahí no tenía amigos con quien convivir.

- Joven Nakamura  lo estamos esperando para que de lectura de no ser así ni se moleste en volver a mi clase asi que por favor comience que el tiempo es oro- Mencionó exaltada con su voz chillante.

Tome mi libro y me pare, las piernas me temblaban que parecía que iba a caer, cuando en ese momento llegó alguien a tocar la puerta, la profesora se acercó rápidamente y era un chico muy atractivo con una chica afroamericana, aquel joven llamo mi atención haciéndome sentir que la piel se me ponía roja.

- siéntese joven continuaremos la clase después, les presento a sus nuevos compañero de clase- empujó un poco al chico haciéndolo sonrojarse- El es herodes toma asiento por favor en el lugar que tu quieras- después empujo a la joven con más fuerza haciéndola casi tropezar en frente de todos- Ella es afroamericana y es todo lo que deben saber de ella, si puedes siéntate en el suelo.

- Mi nombre es Yadira es un gusto conocer a mi nuevo grupo- Dijo con educación mirando a todos tratando de hacer contacto visual para después sentarse junto a mi.

Las clases transcurrieron día con día y yo miraba a Herodes como el chico más hermoso de la escuela, me distraía en los exámenes hasta el punto de reprobar pro eso no me molestaba ya que con mirarlo aliviaba todas mis penas, Yadira comenzó a hablarme ya que no tenía amigos y era igual de solitaria que yo, parecía que no coincidia con los pensamientos de los demás, solo se la pasaba haciendo origamis en el salón los cuales le quedaban muy bien, sus platicas eran interminables, me enseñaba de su cultura y tradiciendones así como mostrarme sus danzas típicas que a mi punto de vista me parecen maravillosas, nos fuimos adaptando uno al otro hasta que creamos un gran lazo amistoso, ibamos a fiestas juntos, comíamos juntos, pasaba los fines de semana en su casa o yo en la suya por desgracia a Fabrizio nunca le agradó, cada vez que salíamos los tres el se comportaba algo distante.

- Espero tu mamá haya cocinado algo delicioso para nosotros por que mi mamá solo me da ensaladas y comidas muy sencillas.

- Claro aparte tengo pretzels por si no nos gusta, si tu mamá cocina horrible lo he comprobado cada fin de semana pero se agradece su esfuerzo.

Dicho eso le sonreí para ir al baño, siempre voy a los sanitarios que están hasta el fondo de la escuela ahí nadie va así que puedo hacer mis necesidades con tranquilidad, una vez terminado mire el piso y estaba muy reluciente lo cual hizo que yo me emocionará y comenzara a bailar, puse música para después colocarme mis audífonos, dejé sentir como la melodía se apoderaba de mi cuerpo, sentir como cada articulación se movía al ritmo de cada bajo, ese era un placer de dioses, el bailar lo sentía más que un echo común o una simple palabra si no como un estilo de vida donde podía ser yo mismo, donde podía sacar esas emociones y sentimientos que sentía sobre mi, sin sentirlo comencé a dar giros sin parar hasta terminar con un split sobre el suelo, se terminó la canción y desde la puerta me miraba Herodes, comenzó a aplaudir con una sonrisa sincera, en mi interior sentía como los nervios me corrían por todo el cuerpo y me quedaba atónito, no sabía si pararme o seguir en el suelo sintiendo el mismo nerviosismo así que me pare tan rápido como pude para después poder acercarme al lavabo y limpiar mis manos, el se acerco a mi, me tomo de la cintura y comenzó a respirar sobre mi cuello.

- Se que te mueres por mi, he notado como me miras cada clase sin importar las opiniones o que pase a tu alrededor-  Menciono metiendo sus manos bajo mi camisa- Puedo sentir tus nervios cada que estoy cerca de ti, se que te gusto y no lo puedes negar.