Prólogo

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La luna llena, que con su luz le iluminaba el camino, era la única testigo de su partida.

Finalmente, aquella joven había logrado su cometido, huir del lugar en el que ya no había espacio para ella.

Sus descalzos pies se lastimaban y llenaban de lodo con cada paso que daba, sin embargo, ella parecía no notarlo. Necesitaba irse tan lejos como pudiese.

En dado momento, la joven dejó escapar un corto grito. La raíz saliente de un viejo árbol careciente de hojas había provocado que se tropezara y, por consiguiente, cayera al suelo lodoso.

Al intentar levantarse, observó sus manos y las uñas largas y afiladas que en ellas yacían. Seguidamente miró su hombro lleno de escamas y la quemadura en este. No parecía serle relevante el dolor que aquella herida le provocaba, pues más era el daño en su corazón al pensar que siempre llevaría consigo la marca de la tortura a la que había sido sometida.

Inevitablemente, comenzó a llorar. Refugió su rostro entre el frondoso cabello oscuro que la caracterizaba y se mantuvo en esa exacta posición por un largo tiempo, lamentándose.

Había escapado.

Pero había dejado atrás lo que más le importaba.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2020 ⏰

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