Capítulo uno

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MICHAEL

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MICHAEL

Viernes 09 de enero del 2004

Eran todavía los primeros días del año cuando Daniel Johnson me llamó para reunirnos. Tenía la sospecha de que él se traía algo grande entre manos y quería que yo fuera parte de ello. Como llevaba un año inactivo en el medio, debía admitir que escuchar su propuesta era algo que me tenía entusiasmado.

—¡Dios mío! —Helen detuvo su taza de café a unos centímetros de su boca al verme salir de la habitación—. ¡Estás llevando un traje! ¿Hace cuánto que no te veía usar uno?

Reí y fui a saludarla con un beso.

—Hace solo unos meses, exagerada.

Ella rio también.

—Había olvidado lo bien que los luces.

—No trates de seducirme, Hel. Tengo que ir a mi reunión con Daniel.

Fingió una mueca triste.

—¡Me quedaré con las ganas! Qué triste.

Rodé los ojos y me incliné a tomar las llaves del auto, que estaban sobre la mesa. Luego me giré hacia ella.

—¿Te veo para el almuerzo, cariño? —Llevé mi mano a su rostro para apartarle un mechón de cabello que estaba fuera de lugar.

—Claro. Comamos fuera para celebrar que volverás a ser un hombre ocupado. Aunque... ¿ahora quién tendrá la cena lista cuando yo vuelva del trabajo? ¡Me malacostumbraste, Michael!

Reí.

Hacía poco más de un año decidí que quería tomarme un tiempo para descansar y, como tenía los medios para darme ese lujo, renuncié a mi puesto como manager de la famosa actriz Sheryl Seymour. Entre otras actividades, tomé un curso de cocina porque quería aprender a cocinar y Helen no pudo estar más feliz con esa decisión de la que se vio beneficiada.

—Aún no sabemos qué quiere Daniel, pero admito que ya extraño trabajar y me tiene intrigado. Tal vez me pedirá que vuelva con Sheryl, no se sabe. Ella me lo ha pedido en un par de ocasiones.

—¿Eso crees?

Me encogí de hombros.

—Ni idea. Pero, aunque me gusta trabajar con Sheryl, preferiría no hacerlo porque no quiero volver a la época donde pasaba más tiempo en Los Ángeles que aquí.

—Bueno, veremos qué ocurre.

—Sí, ya te contaré. Te llamo más tarde, ¿vale?

Me despedí de Helen con un beso antes de marcharme. Conduje hasta el restaurante donde quedé de ver a Daniel y llegué justo cuando él también lo hacía. Intercambiamos un abrazo y las típicas felicitaciones por el año nuevo.

No hablamos del trabajo de entrada. Y el motivo era que, además de tener una relación laboral, éramos buenos amigos. Mientras desayunábamos, Daniel me preguntó por Helen y yo quise saber de Tessa, su esposa. La última vez que nos vimos fue en octubre del año pasado, en el festejo del aniversario de Beat Entertainment al que asistí porque, como Daniel dijo, yo seguía siendo parte de la familia Beat, aunque estuviera inactivo.

BadBoy: los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora