32

447 21 1
                                    

- por lo menos entra aire - comentó Grover mirandome con gracia

Giré la cara y me puse a mirar por la ventanilla. Mala idea , mi cara se reflejaba a través de esta, estaba echo un asco. Mi cabello ahora tieso estaba disperso de manera irregular, parecía un erizo, todavía sentía un leve martilleo en la cabeza a causa del maldito rayo.
Al final no tenía nada solo pequeños rasguños ya que se me habían sanado rápidamente, eso fue lo que vieron ellos, no les había dicho nada pero sentía malestar cuando doblaba el abdomen solo esperaba a que se me pasara rapido.

Lo malo era que ahora encima de mi había un agujero humeante por el cual podía ver las nubes pasar debido a la velocidad.
Sabía que me lo había buscado pero no era para tanto, si acaso quería que me revisara, lanzarme un rayo no era la solución, lo que hizo fue empeorar.

Por suerte Clarissa nos había probado lo excelente conductora que es al mantener al coche en la carretera al sentir el impacto del mal genio de Thalía.
Hablando de ella, podía verla a través del espejo, seguía en la misma posición que antes, apoyada en la ventanilla y mirándome casi sin parpadear.
No me molestaba en absoluto no voy a negarlo pero ya se estaba volviendo incómodo y estar encerrado sin hacer nada me estaba frustrando ignorando el echo que ella es la causante de mi dolor de cabeza.

Me sobresalte cuando sentí una mano en mi muslo derecho que me apretaba fuerte evitando que siguiera moviendola.

- ¡para ya! - me susurro Thalía sacando lentamente la mano al ver que me había detenido

Aburrido empece a lanzar mi bolígrafo (contracorriente) hacia arriba atrapandola por la punta o bueno lo intentaba.
Tenía que tener cuidado, con un poco más de fuerza mi espada saldría por el hueco del techo, aunque no tenía que preocuparme después de todo volvería a mi.

El juego se volvió más entretenido cuando me hice un arito de agua en el techo e intentaba colarla por ahí. Mi felicidad fue arruinada cuando Thalía atrapó a mi pluma en el aire y se la guardó en el cinturón para luego mirarme desafiante.

- me tenías cansada - se excusó sin dejar de mirarme

No dije nada, esta vez me puse en su misma posición, con la espalda en la puerta y la cabeza en la ventanilla y me puse hacer lo que ella venía haciendo en todo el camino.
Era como una guerra de miradas lo que esta era una verdadera guerra, ninguno apartaba la mirada del otro, ella con rostro impasible y yo trate de no aparentar nada pero me estaba rompiendo la cabeza buscando el porque de su actitud.
¿No había echo nada? O si?
No, claro que no.

Arqueo una ceja divertida cuando invoqué un bote de palomitas.
¿Que? me apetecía

Soy un primordial, puedo hablar por la mente, pero nunca lo había intentado, supongo que no había llegado a la necesidad, ahora sólo quería ver la cara de sorpresa al escuchar mi voz en su mente.

Luego de intentarlo unos segundo logre atravesar sus barreras mentales o que se yo, era como si tuviera algo que me impedía acceder. Solo quería hablar no ver sus pensamientos ni nada, respetaba  la privacidad.

" ¿por que me miras tanto? "

Supe que lo había escuchado cuando metió un brinco golpeándose de cabeza y me miraba con los ojos como platos.

- ¿c-como... ehh ¿estoy loca? - murmuró llevándose las manos a la cabeza cuando le dije que no mentalmente

" ¿Por que me miras tanto? "

Insistí, no se por que pero hablar así me daba más confianza y soltura algo que no tenía cuando hablaba sin más , además esta el echo de que mis amigos están a menos de un metro, no quería imaginar lo que pensaran al escuchar a Thalía hablando sola.

- no se te puede mirar? - susurró  para que no la escucharan y desviaba la vista rehuyendome la mirada

- no me respondas con una pregunta - le dije ya hablando normal

- vaya sabes hablar - ironizó mirándose el pie vendado

- que te pasa? - pregunté subiendo los pies encima del asiento y golpeándole la rodilla con la punta del pie para que me respondiese

Era vergonzoso, mis zapatos a penas habían sobrevivido a la pelea anterior, estaban totalmente chamuzcados y despellejados. Poco faltaba para que se me vieran los pies.

- nada - gruñó dándome un manotazo en el pie para que me detuviera lo cual no hice

Grover al frente estaba durmiendo contra la ventanilla mientras daba pataditas al suelo murmurando cosas entre sueños mientras que Clarisse había puesto una emisora de noticias en la que en estos momentos estaban informando sobre el clima, soleado.

- en serio te vas ? - preguntó luego de un rato - para que venir entonces

- sabes la respuesta a ambas preguntas - respondí

Ahora me arrepentía de querer saber el porque de su estado, no quería hablar de mi partida porque queriendo o no tenía que irme y eso solo yo lo entendía. A pesar de todo ya no pertenecía al mundo mortal , a este mundo de campistas siguiendo órdenes de los dioses, no, yo pertenecía al Reino de Orden

My life 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora