13. ¿Me estás retando?

34 10 1
                                    

Hoy más que nunca me siento más cercana con Emanuel, que él haya abierto su corazón de esa forma me provoca quererlo más, no a todas las personas vas y les cuentas algo tan doloroso como la muerte de tus padres, lo sé por experiencia.

—¿Nos vamos? —Interroga al mismo tiempo que limpia sus mejillas.

Asiento. —Claro, vamos.

Enciende el auto y lo pone en marcha.

—Esta noche habrá una celebración en el Palacio Dorado mis colaboradores y amigos han decido llevarla a cabo por el éxito que tuvo mi última obra. —Menciona emocionado.

—Se escucha increíble, apuesto que te divertirás mucho. —Expongo esperando una respectiva invitación.

Sonríe maliciosamente. —Lo haré.

Al parecer llevarme a su fiesta no está en sus planes.

—Yo también tengo planes esta noche. —Miento.

Una sonrisa estúpida se forma en su rostro. —Apuesto que te divertirás mucho. —Repite mi frase antes dicha. —No respondo.

—Quiero que vengas conmigo. —Suelta una mano del volante y la extiende hacia mí.

Miro su mano mas no ejerzo ningún movimiento. —¿Y si no quiero ir?

—Tendré que llevarte por la fuerza. —Se encoge de hombros.

—Se Karate no lo olvides. —Advierto.

—Hay algo que vence al karate.

—¿Qué es? —Cuestiono intrigada.

—Se llama Seducción. —Se vuelve a observarme con su típica mirada casquivana.

—A ti no se te da eso. —Carcajeo.

Levanta una ceja. —Enserio ¿me estás retando?

—Sí.

—Entonces ve esta noche y si pierdo haré lo que tú quieras.

—¿Lo-lo que yo quiera? —Titubeo mientras genero un sinfín de opciones a elegir.

Levanta su meñique. —Es una promesa.

—Acepto. —Lo imito levantando mi meñique para entrelazarlo con el de él. —Pero sí logras seducirme. ¿Qué ganaras tú?

—No te lo diré. —Sonríe. —Lo dejaré a tu imaginación.

—No conoces mi imaginación Emanuel. —Confieso sin pudor.

—Te conozco más de lo que esperarías. Ahora baja que hemos llegado a tu apartamento. —Se aproxima a besarme. —Paso por ti a las 8pm.

Es extraño no ver a Carla en la puerta, a lo mejor salió con su amigo Carlos Gonzales, personalmente me parece un chico demasiado orgulloso.

La casa se encuentra vacía.

Voy hacia la cocina y la encuentro comiendo helado de chocolate, esa no es una buena señal, solo lo hace cuando se siente deprimida su rostro refleja tristeza, sus ojeras están muy marcadas por Dios.

¿Qué habrá sucedido en el poco tiempo que me fui?

Camino directamente hacia ella y sin preguntar nada la abrazo.

—No sé qué haya sucedido en mi ausencia, pero si es por un chico no vale la pena.

Lágrimas ruedan por sus tiernos ojos. —¿Por qué Elena? Él no debía morir así.

—¿Morir? ¿Quién Carla por todos los cielos?

—Marlon. —Musita.

—¿Quién rayos es Marlon?

Amor Fugaz ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora