Descontrol

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          Kou despierta de su largo sueño, se levanta y olvida por completo su pesadilla, estira y se asoma por la ventana del corral, observa el cielo claramente despejado y un sol rebosante de una fuerte luz. Escucha golpear la puerta y procede a abrir, es Ari, está cargando una taza de comida y un zumo, la vio igual de sonriente y bella que anoche, Kou se le hace inevitable sonreír y ponerse rojo.

        —H-h-hola buenos días Ari, ¿Cómo estas?—Pregunta Kou sonriente

         —Hola, yo estoy genial, ¿Cómo amaneciste?, ¿Dormiste bien? —Pregunta Ari un poco sonrojada también porque observó que Kou estaba sin camiseta, ella recorre rápidamente con la mirada el fuerte cuerpo de él y le mira los ojos.

           Ari le entrega el desayuno, le menciona que puede ducharse con el agua que ella trajo hace varios días del río y que está fuera del corral, en el campo. Kou hace una inclinación, agradece, recibe su desayuno, Ari le desea buen provecho y le deja. Kou felizmente desayuna y procede a la ducha.

          —Aún no recuerdo nada, parece que no será fácil recuperar mis recuerdos... —Piensa Kou un tanto incómodo mientras aún está lavándose.

          Termina de lavarse y se da cuenta que no tiene una toalla, lo cual no le presta mucha importancia, pues sabe que con el calor del día seguro se secará pronto, se acerca al corral, empieza a vestirse lentamente porque aún está muy mojado su cuerpo, empieza vistiendo por la ropa interior y posteriormente el pantalón. Escucha nuevamente golpear la puerta, abre y ve de nuevo a Ari con una toalla en sus manos.

        —Olvidé traerte la toalla, por lo que veo ya estás duchado, pero sin embargo te la traigo, pues te veo húmedo    —Ari desviando la mirada un tanto sonrojada y preguntándose porqué tantas cicatrices en el cuerpo de Kou, no preguntó, al igual que Kou dedujo que son cosas de samurais.

        —Muchas gracias Ari, eres la mejor. —recibiendo la toalla y capta que Ari está sonrojada.

          Kou ya listo y preparado para el día decide sin pensarlo mucho que trabajará para la amable familia, abre la puerta del corral en busca de la joven que encuentra enseguida barriendo el lugar, le comenta que decidió trabajar para su famil...

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          Kou ya listo y preparado para el día decide sin pensarlo mucho que trabajará para la amable familia, abre la puerta del corral en busca de la joven que encuentra enseguida barriendo el lugar, le comenta que decidió trabajar para su familia, Ari asiente sonriente y le acompaña al encuentro con su madre con el fin de recopilar información sobre lo que debe hacer. Salen del corral y entran a la pequeña casa en busca de Dina.

          —¿Cómo ha estado Álex? —Pregunta Kou

          —Bien, aunque tiene quemaduras en sus pies, no son graves, se veía grave, pero sólo fue porque él acostumbra a caminar descalzo, por lo tanto los pies se veían muy negros y más lastimados de lo que en realidad eran, nada que una buena limpieza y vendaje no puede curar. —Menciona despreocupada, pues con su hermano sano ya nada más le preocupaba, a excepción su matrimonio.

        Llegan a la habitación de Dina, ambos se arrodillan en la puerta y hablan.

        —Madre, aquí está Kou interesado en trabajar para ti.—Menciona Ari gentilmente

La debilidad del fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora